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Song of Horror

 

Song of horror es la nueva joya del Survival Horror, y el buen sabor de boca que me ha dejado es aún mayor sabiendo que sus responsables son el estudio madrileño Protocol Games. El juego salió originalmente para PC hace ya un año de forma episódica, y el pasado 28 de mayo llegó su versión completa a PlayStation 4 y Xbox One, y no podíamos dejar pasar la oportunidad de disfrutar de uno de los juegos del género que más buenas críticas ha cosechado en los últimos años, y que demuestra la calidad que tienen los estudios de desarrollo de nuestro país. Esto es lo que nos ha parecido tras disfrutarlo en su versión para PlayStation 4, gracias al código cedido por Raiser Games.

Una misteriosa caja de música, un escritor desaparecido… con esta premisa nos metemos en la piel de Daniel, empleado de una editorial cuyo puesto de ayudante le obliga a visitar a un famoso escritor que lleva un tiempo sin dar señales de vida. Con esta premisa, nos embarcamos en una historia altamente influenciada por los clásicos de terror de Lovecraft o Edgar Allan Poe, y que no está falto de referencias a videojuegos veteranos, entre ellos los amados Silent Hill.

Si algo tiene este juego que lo diferencie y lo haga destacar por encima del resto, son dos elementos bien marcados: el primero, la muerte permanente en su nivel de dificultad recomendado, recibiendo el nombre, precisamente de Edgar Allan Poe. Con esta dificultad, el juego ya nos advierte que estamos jugando conforme fue pensado por sus creadores, y en el que, si nuestro personaje muere, lo hará de forma permanente en la historia. Al principio de cada capítulo, nos darán la opción de elegir entre un número de personajes, que harán a su vez de “vidas”; es decir, una vez mueran todos, la partida finalizará y tendremos que empezar desde cero ese episodio. Y, tal vez, esto no suene tan mal, pero puede llegar a ser muy frustrante llegar a perder todo el progreso realizado, por lo que en cada oportunidad que tengamos de morir, sufriremos de lo lindo.

Por suerte, el juego cuenta con otros tres modos de dificultad, uno más relajado llamado M.R. James, en honor al escritor británico Rhodes James, aunque sigue manteniendo la muerte permanente; y otro con la misma dificultad, llamado E.T.A Hoffman, en honor a otro famoso escritor, pero en donde nos darán la opción de volver a un último punto de control, y evitar que tengamos que repetir todo desde el inicio. Una vez completado el juego en las dos dificultades más complicadas, desbloquearemos un último escalón llamado H.P. Lovecraft, en donde sufriremos el terror desde el minuto uno, y que, de momento, no tengo intención de aventurarme en él, porque no quiero sufrir un ataque el corazón.

Song of Horror
 

Y el segundo elemento que lo hace destacar en el género es la ausencia de combate; buena decisión por parte de los madrileños por prescindir de un aspecto tan importante, ya que nos mete de lleno en la sensación de vulnerabilidad a la que nos exponemos durante todo el juego, y poder centrar sus limitados recursos en otros aspectos tan importantes como la trama, ambientación o los intrincados puzles a los que nos iremos enfrentando.

Avanzamos en el juego recorriendo cada escenario de arriba abajo, buscando objetos que nos puedan servir más adelante en diversos lugares, con la posibilidad de combinarlos con otros tantos, recordándonos en este aspecto a Resident Evil. Y, por supuesto, completando los diversos puzles que se nos irán presentando a lo largo de esta novela de terror hecha videojuego.

Y dicho todo esto: ¿A qué peligros nos enfrentamos en el juego? Nuestro dolor de cabeza está causado por «La Presencia», una entidad sobrenatural que nos acechará en los entornos del escenario, y que tiene la capacidad de adaptarse a nuestro comportamiento. ¿Qué quiere decir esto? Detrás de esta entidad se esconde una IA que irá analizando nuestra manera de jugar, y se irá adaptando para sorprendernos cuando menos lo esperemos. Sin duda, esto dota de mayor realismo a la sensación constante de angustia a la que el juego nos induce.

Como hemos mencionado antes, tendremos varios personajes para elegir en cada capítulo, cada uno cuenta con unas pequeñas variaciones en sus estadísticas, entre las que encontramos velocidad, sigilo, fuerza y serenidad. Todos ellos cuentan con una pequeña fuente de luz que nos servirá para alumbrar a nuestro alrededor, aunque tendremos que tener cuidado, porque esto junto con correr, podrá atraer la atención de la presencia sobre nosotros.

En algunos capítulos, el juego nos dirá que si escogemos a Daniel y este muere, el capítulo se reiniciará, pero, por suerte, es posible recorrer toda la historia sin tener que escogerlo. Si nuestro personaje muere, todos los objetos conseguidos caerán al suelo en ese mismo lugar, y podremos recogerlos todos yendo a ese sitio con el siguiente personaje.

Toca meternos de lleno en la parte jugable, ya que para zafarnos de La Presencia, tendremos una serie ‘minijuegos’, entre los que se encuentran cerrar una puerta a base de empujones para evitar que se cuele en nuestra sala actual, otro en el nos tocará buscar rápidamente un lugar en el que escondernos y tratar de mantener la calma; controlar nuestra respiración para no alertar a un ser con una venda en los ojos, unas huellas que avanzan hacia nosotros y de las que nos tendremos que zafar, recordándonos mucho a los entes varados de Death Stranding, y por último, vislumbrar a seres de otro mundo a través de un espejo, a los cuáles tendremos que apuntar con una fuente de luz hasta que desaparezcan por completo.

Cada vez que nos metamos en uno de estos momentos, tocará mantener la calma y hacer todo lo posible por librarnos del peligro, ya que fallar en el intento implica la muerte instantánea de nuestro personaje. Para intentar evitar las apariciones, podemos escuchar tras la mayoría de las puertas del escenario, y así saber si debemos evitar cruzarla.

También nos encontraremos con lugares en donde nos harán preguntas acerca de realizar una diversa acción, en la que nos jugaremos directamente la vida del personaje, ya que algunas son trampa y, si aceptamos, la muerte nos espera sin poder remediarlo. Que esto pueda ocurrir cuando ya has avanzado bastante en el episodio, nos hará ser muy prudentes y no lanzarnos a contestar afirmativamente, aunque en algunos casos será necesario para avanzar en el juego.

Durante el juego, el movimiento de nuestros protagonistas se antoja un pelín robótico en ciertos momentos, aunque esto no supone ningún problema, ya que, al prescindir del combate, solo tendremos que realizar bien los minijuegos. Por lo general, Song of Horror funciona fenomenal en consolas, con apenas un par de bugs que solo hicieron aparición durante el primer episodio.

En el apartado gráfico, el juego cumple sobradamente en la ya anterior generación de consolas, con unos escenarios muy bien detallados, y que son perfectos para un título con esta ambientación tan terrorífica. La parte donde sí cojea el juego es en el modelado de los personajes; Se queda algo atrás en comparación con el trabajo hecho en los escenarios, pero sí que se ve evolución durante los episodios; se nota que el juego fue saliendo por capítulos, y con el paso de estos han ido mejorando la calidad de estos. Además, cada una de las personas a las que manejaremos tienen un espíritu único, y están muy bien diferenciados del resto, con una pequeña historia personal detrás de ellos, con la justa información para que podamos hacernos una idea de su carácter.

Otra característica a que tener en cuenta es la decisión que tuvo el estudio de realizar el juego con cámara fija, que pese a lo bien que le viene a gracias a su jugabilidad más pausada y falta de acción, en los momentos en los que nos toca huir, sí que nos entorpece y nos hará pausarlo para revisar el mapa y buscar el escondite más cercano. Esta falta de visión puede ser la razón causante de que nos acaben atrapando, y acaben con la vida de nuestro personaje.

En el apartado sonoro no tiene una banda sonora que destaque o que pueda ser recordada, pero cumple para meternos de lleno en la ambientación del juego, lleno de sonidos tétricos, destacando los momentos en los que La Presencia nos acecha, que hace un ruido característico y que solo con escuchar un poquito, querremos dar media vuelta.

 

En conclusión, nos encontramos con un genial juego de Survival Horror que nos hará pasar unas horas muy divertidas y terroríficas a partes iguales, aunque en varios momentos se nos puede antojar difícil, sobre todo por algunos de sus puzles, que acaban siendo bastante enrevesados y algo tediosos, pero si os gustan los retos encontraréis un punto positivo en ellos. Cada capítulo se puede pasar en hora y algo sin saber nada previamente del juego, pero si vuestros personajes mueren y os toca empezar el capítulo de cero, la duración del mismo se acaba incrementando, aunque partiendo con la ventaja de saber a donde dirigirnos y como tenemos que completar los puzles.

Uno de los puntos buenos del título es su rejugabilidad, ya que, si no habéis perdido demasiado los nervios, o no habéis sufrido lo suficiente, podréis completar los niveles con otro personaje, ya que cada uno aporta una manera de jugar y hace comentarios distintos; también podemos experimentar con diferentes decisiones y sus posibles desenlaces, y, sobre todo, aventurarnos en su modo de dificultad más difícil, que promete ser toda una experiencia y no dejarnos tranquilos ni un solo minuto.

Además, no tenéis excusa para jugarlo, ya que con su llegada a Xbox One y PlayStation 4, lo tenéis disponible al buen precio de 39,99 €.


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Por Ralencoman

Infiltrado en @Vidaopantalla cual Solid Snake en Shadow Moses.

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