Por muchos títulos que nos pasemos siempre hay alguno en especial que nos deja huella, no siempre tiene que estar ligado a que por esto se convierta en nuestro juego favorito pero hay un momento de este que recordamos para siempre.
Hay momentos tristes, momentos felices, momentos de locura o terror, pequeños segundos que nos ponen la piel de gallina y nos hacen sentir mil cosas a la vez, y son estos mismos los que vais a descubrir de nuestro equipo, pues en este Nuestro Equipo Opina rememoramos el momento que más nos marcó. ¡Empezamos!
Txustra, Redacción.
Hablar de momentos en los videojuegos que te hayan marcado me resulta bastante sencillo, pues he podido vivir tales situaciones en juegos que he jugado no hace mucho tiempo y seguro que podría decir muchísimos más pero mi memoria no da para tanto y mis recuerdos de juventud y niñez son bastante vagos, lamentablemente.
Recuerdo especialmente los momentos tan épicos a la par que emocionantes que he vivido cada una de las cuatro veces que he terminado Xenoblade Chronicles, pues aún se me pone el vello de punta al ver determinadas escenas aunque me las sepa de memoria, me parece algo mágico que tu cuerpo sea capaz de reaccionar de tal forma ante esas situaciones… Luego están juegos que se basan en un acontecimiento real, como pudiera ser el caso de Valiant Hearts, en cuyo final del juego, si no se te salta la lagrimilla con la escena final, es que directamente no tienes sentimientos por algo tan devastador como lo son las guerras.
La verdad es que, como he dicho anteriormente, han sido bastantes juegos los que han tenido momentos emocionantes para mí, pero quisiera destacar sobre todo los del género JRPG, que son aquellos con los que más fácil se puede obtener esta emoción, bajo mi punto de vista. Juegos como Tales of Berseria (o cualquier otro Tales), la saga Xenoblade en su totalidad, Eternal Sonata, Persona 5 y sus giros de guion, NieR:Automata, Valkyria Chronicles… son algunos de los innumerables ejemplos que se me vienen a la cabeza, y creo que solo con nombrarlos ya cada uno se puede imaginar las escenas en concreto donde te sientes identificado con el tema que estamos tratando.
Por último, he de añadir que lo que hace que una persona se sienta así es, principalmente y sin ningún tipo de duda, la banda sonora que acompaña a esos momentos, ya que suelen complementarse a la perfección y no podría imaginármelas estando vacías sin un acompañamiento de fondo, para mí carecerían de toda emoción posible.
Ralencoman, Redacción.
Gracias a los videojuegos hemos podido vivir momentos que están grabados en nuestra memoria a fuego, y es por eso, que quedarse con uno es muy difícil: Desde el inicio de nuestro videojuego favorito, a la escena final de otro que nos haya dejado bien marcado.
Es por eso, que esta vez he elegido solo un momento, uno que lo considero para mí un “de mal rollo”. Es decir, fue un momento en el que no entendía que pasaba, y por mucho tiempo que pase recuerdo perfectamente lo que sentí en ese momento.
El juego en el que se encontraba ese momento es el Metal Gear Solid 2. Un juego que para mí, tiene momentos que son joyas, aunque tienda a despreciarse el argumento de esta segunda parte. En concreto, me refiero al momento en el que Raiden es liberado por Olga e intenta escapar estando desnudo, recibimos una transmisión por códec del coronel Roy Campbell, pero…
Los que lo hayáis jugado sabéis de que hablo: una transmisión muy extraña en donde nos empieza a decir cosas totalmente sin sentido, su rostro empieza a verse por momentos extraño, nos habla como si nos estuviese dando órdenes para infiltrarnos en Outer Heaven… más adelante conocemos la verdad: en realidad es una inteligencia artificial controlada por el sistema informático del Arsenal Gear que ha creado al ficticio Roy Campbell. En aquel momento, me sentí muy extraño al vivir ese momento, me dejó totalmente desconcertado y con el paso del tiempo, me sigue pareciendo un momento brillante, por lo que debía rescatarlo del olvido.
TheAlex36, Medios.





He vivido cientos de momentos emocionantes en los videojuegos. Y, por desgracia, la mayoría de ellos son spoilers bastante tochos, por lo que no me gustaría explicarlos porque son tan importantes que quiero que los viváis vosotros mismos.


Es una cuestión difícil eso de elegir una escena o momento de un solo videojuego que me haya marcado, entre otras cosas porque si el juego es bueno y tiene una buena historia siempre hay al menos una escena que te marca. Pero para hacerlo fácil voy a optar por elegir mi videojuego favorito.
Imaginaros un vasto mundo por explorar en uno de los mejores JRPG de la historia. Un mundo en el que conoces a una cantidad increíble de personajes a cada cual más peculiar. Y en mitad de una tormenta de nieve quedas sepultado bajo la misma pero una ancianita de corazón puro junto a su San Bernardo os salva de morir. Esta señora se llama Marta y es uno de estos personajes de Dragon Quest VIII al que le coges cariño nada más conocerlo por lo entrañable que es. Sin embargo, su destino cruel es morir a manos del villano al intentar salvar a su hijo pero no sin antes haceros entrega de la llave suprema y dirigiros sus últimas palabras: “Adiós, amigos míos. Recordad, la unión hace la fuerza. Juntos podéis derrotar hasta al mal más poderoso.”.
Ojalá pudiera elegir más de uno y contaros lo maravilloso que es el final de Metal Gear Solid 3 o lo increíble que es ver el inicio de God of War 3. Pero este es uno de los momentos que más me marco en mi infancia y aunque no es el único del título si es uno de los más importantes.


Las aventuras de Geralt de Rivia son inolvidables. Este fue sin duda al juego al cual le dediqué más horas seguidas, y es que me sobran razones para justificarlo. Pero como estamos para hablar de momentos, vamos al grano. Hay ocasiones en las que simplemente no dudas, y recuerdo perfectamente esa ocasión. Recuerdo la oscuridad de la noche, el grito del marinero, el fuego de las antorchas, el movimiento de las olas, el silencio de la fuga y el dolor del brujo, o puede que fuese el mío propio. Pero lo que más recuerdo eran unos ojos verdes con el cabello en llamas en un traje anaranjado, con motas azules y rojas. Estoy hablando de la escena final del romance con Triss Merigold, un momento plagado de emociones, el cual no pienso describir por si hay alguien que aún no haya tenido esta experiencia, y porque los que lo hayamos vivido nos lo sabemos de sobra.
The Witcher es un juego cargado de emociones, y aunque reconozco no haber jugado a los anteriores, también creo que no es necesario para emocionarse o empatizar con muchos de los momentos que tiene esta obra de arte. Así que aquí me despido con dos consejos, el primero es recomendaros esta maravilla de juego si aún no lo habéis jugado, y el otro es que no dejéis lo que queréis atrás, mejor daos la vuelta


Soy de las que nacieron con una PSX bajo el brazo hace 21 años, hermana de Crash Bandicoot y elegida por la Keyblade. De día, junto a mi guardián Auron, intento salvar Spira y de noche soy una assassin en busca de la libertad.