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Screamer 2

 

La década de los 90 fue perfecta para la proliferación de videojuegos de conducción: el avance de la tecnología y la mejora evidente que estaban viviendo los videojuegos permitía crear experiencias bastante divertidas para los fans del mundo del motor. Lejos empezaban a quedar juegos como Excite Bike, Hang On o OutRun. En apenas unos años, ya teníamos experiencias tan asombrosas como Daytona USA, Ridge Racer, el mítico Sega Rally o la más exitosa de todas, la saga Gran Turismo.

Sin duda, en los juegos de motor había gran calidad y el público tenía donde elegir. Entre éstos, en 1995 pasó un tanto desapercibido Screamer, un buen juego en el que teníamos que vencer a nuestros rivales y al crono en divertidas y rápidas carreras. Pese a la buena fama de la que gozó en su día, el tiempo se ha vuelto en su contra y no es tan recordado como algunos de sus contemporáneos. Su buena acogida hizo que su secuela no se hiciese esperar, y tan solo un año después llegaría Screamer 2, un juego que superaba la calidad del primero.

Muchos recordamos el juego, creado por Milestone y producido y distribuido por Virgin, por ser incluido en La Colección de Videojuegos ’99 que venía con el periódico El Mundo, y que, por suerte, aún conservo (pese a que el estado de su caja no es el mejor).

Screamer 2

 

El 30 de septiembre de 1996 salía a la venta en Norteamérica Screamer 2 (en europa tuvimos que esperar mes y algo más), el juego de los italianos Milestone, que querían que su nueva entrega tuviese más reconocimiento que la primera y, para ello, introdujo algunos cambios con respecto a este.

En primer lugar, el juego no solo tendría circuitos de asfalto, también tendríamos pistas de tierra y los coches pasaron a ser tipo rally, así como el estilo propio de conducción de estos, que se transformó en un manejo de los vehículos más parecido a lo visto en Sega Rally. Otro de los cambios que tuvo fue su estilo de carreras, prescindiendo de los ‘checkpoints’ de la primera entrega, con los que conseguíamos más tiempo para mantenernos en la carrera. Ahora, podíamos quedarnos últimos y hacer una muy mala carrera, que ningún cronómetro nos impediría seguir avanzando. Aunque sigue siendo un juego bastante simple y directo en cuanto a jugabilidad, con pocas opciones para configurar nuestro coche.

 

El juego tenía cuatro modos principales de juego: Arcade, Campeonato, Time Attack y multijugador. La atracción principal era el modo campeonato, en donde nos tocaría darlo todo para superar a nuestros rivales a lo largo de todos las copas, disfrutando de los diferentes circuitos. Pero siempre tendríamos ahí el modo Arcade para echarnos una partida rápida, o superarnos a nosotros mismos mejorando el crono.

Lo principal en un juego de conducción es la jugabilidad, la baza perfecta de este título. Un título totalmente arcade muy divertido de jugar, ya que los rivales no nos lo ponían nada fácil, y es que colisionar con ellos supondría que nuestro coche se desviaría o perdería velocidad, cosa que nos podría rezagar con respecto a la cabeza de carrera. Algo que siempre me ha gustado mucho de este juego es lo difícil que es domar el coche, es difícil conseguir que fuese recto, ya que nos vamos a pasar mucho tiempo derrapando para hacer las curvas correctamente y no salirnos fuera o chocarnos era un autentico reto. El coche tiene algunos apartados que se pueden personalizar y cada uno tiene un control y unos ajustes que lo diferencian del resto, lo que invitaba a probarlos todo y ver cuál era el que más se ajustaba a nuestra habilidad.

 

Algo que a todos los aficionados de los juegos de conducción nos encanta son los vehículos y sus diseños. Podíamos elegir entre cuatro equipos que, en realidad, casi lo único en lo que se diferenciaban era en los colores. Una vez elegido nuestro equipo, nos tocaba elegir de entre los cuatro coches disponibles. Tal vez sea injusto mirarlo con los ojos de 2021, pero es un número muy limitado de vehículos, más teniendo en cuenta que tan solo un par de años más tarde llegaría Gran Turismo, en donde tendríamos más de un centenar entre los que elegir, casi nada. Aquí entra en juego el equipo que elijamos, porque cada uno tiene un coche especial desbloqueable, lo que eleva el total de coches a ocho, pero cada uno de estos solo se puede jugar en su respectivo equipo. Añado que cada vehículo del juego está basado en un modelo de coche real, entre los que se encuentran grandes nombres como Toyota, Mazda, Ford o Mitsubishi.

 

Como suele ser habitual en los juegos de conducción, tenemos varias cámaras para disfrutar de la conducción como más nos guste: detrás del coche, justo delante (sin ver el propio coche), una desde donde solo se ve el capó delantero, y una interior donde vemos el salpicadero. Junto con los coches, en pantalla disfrutamos de los geniales circuitos. Screamer 2 contaba con un total de siete que, sin ser un número abrumador, cada uno era muy diferente del resto, llevándonos de la mano a diferentes lugares del mundo y haciéndonos gozar con lo bonito del lugar donde nos encontrásemos (eso cuando podíamos, ya que el juego no deja ni un momento para que te despistes).

Por suerte, a día de hoy tenemos Screamer 2 disponible en Steam, por lo que si le queréis dar una oportunidad, está a tan solo 9,99 €.  Es un precio muy económico, aunque personalmente, creo que debería estar más barato para incentivar al público a jugarlo, y que puedan darle una oportunidad a un juego que ya va camino de cumplir tres décadas. Aun con esto, es un juegazo de los pies a la cabeza y, que tantos años después de su lanzamiento, siga atrayéndome para echar unas partidas, y que se acaben convirtiendo en los campeonatos, porque una vez empiezas, se acaba quedando corto. Si os molan los juegos de conducción divertidos, no se que hacéis que no os estáis haciendo con él. Compra recomendada 100 %. Si os gustan los juegos de la época, echad un vistazo a Moto Racer, juego del que escribí hace poquito y que podéis ver pinchando aquí.

 

Screamer 2

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Por Ralencoman

Infiltrado en @Vidaopantalla cual Solid Snake en Shadow Moses.

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