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Lo que me saca de mis pantallas Nº1: Las críticas a Yooka-Laylee

¿Saben que es lo que me saca de mis pantallas? La gente que no sabe valorar un videojuego más allá de lo famoso que sea, los “gráficos” que tenga o si es “mejor o peor” por su diseño. Hay miles de ejemplos, sobretodo de grandes juegos que han salido este año 2017, el mejor que hemos vivido en muchísimo tiempo.

Juegos como Tales of Berseria, Gravity Rush 2, The Legend of Zelda: Breath of the Wild, Sonic Mania, Super Mario Odyssey, Horizon: Zero Dawn… Han sido juegos que algunos han pasado con más gloria que otros, y como es de esperar cuanto más te expones al público, más normal es recibir críticas sean del tipo que sea.

Sin embargo, hay un título que me saca especialmente de mis pantallas que se le llegue a criticar por auténticas tonterías. Y sí, la palabra es tonterías, porque si por lo menos fueran cosas que uno dice “sí, la verdad es que tiene razón” tal vez no me enfadaría tanto. Pero precisamente este juego, que era tan extremadamente necesario, que haya recibido quejas absurdas… ¡Me saca por completo de mis pantallas!

Estoy hablando de Yooka-Laylee, uno de los clarísimos aspirantes a GOTY de 2017 sin ninguna duda, que hace poco recibimos la agradable noticia de que por fin llegaría a Nintendo Switch este mes de diciembre. A Playtonic le ha costado, y tras una triste cancelación para WiiU (la cual puede costarle el “voto nintendero”), por fin el juego se encuentra optimizado para jugar dónde, cuándo y cómo el usuario quiera.

 

Se trata de un plataformas 3D en mundos abiertos que recoge el relevo del mítico Banjo&Kazooie de Nintendo 64… Nintendo 64… Hace ya 19 años… Sí, es cierto, hemos tenido juegos muy similares al del oso y el pájaro de Rare, pero ninguna con el carisma, humor, situaciones absurdas y desparpajo como el que se desenvuelve la gran obra de Rare.

Tras una exitosa campaña de Kickstarter, recaudando más de 2 millones de libras (había ganas, ¿eh?), Playtonic Games, compañía formada por ex-miembros de Rare, crea el maravilloso Yooka-Laylee, el cual tuvimos el honor de analizarlo en su versión de Steam. El juego cumplió: resucitó por completo el mítico plataformeo en 3D en mundos abiertos. Son solamente 5, pero tan gigantes… Que es imposible aburrirse en ellos.

Además, una jugada magistral que hicieron fue ampliar los mundos mediante pagies. Al tener un número específico de pagies se podían ampliar los mundos, para revisitarlos una segunda vez esta vez más grandes y con nuevas zonas accesibles. Un juego que cualquier amante de los juegos de plataformas en 3D disfrutarán sin ningún problema.

Pero claro, todo lo que he dicho es positivo, ¿qué es realmente lo que me saca de mis pantallas? Muy sencillo: la comunidad de jugadores. Ya lo hicieron con Shenmue III. Shenmue, una saga que nadie (en general, quiero decir) conocía hasta que se anunció la tercera entrega. Y tras unos años en que se mostraron las primeras imágenes del juego… Bum, todo lo que simbolizaba Shenmue destruido por una caras que ya confirmaron los propios productores que eran temporales, de un trabajo que todavía estar por desarrollar. Pero es lo que les digo: cuanto más expuesto estés al público, más críticas (generalmente destructivas) recibirás. Porque, ¿para qué intentar ver las virtudes de los demás?

Y en Yooka-Laylee no podían faltar los licenciados. Mirad, una cosa es que alguien quiera decirme que las voces de los personajes no le gustan, que les parecen un poco “uf”, que no pasa nada. Incluso que me diga que los mundos son tan abiertos y hay tanto por hacer que se agobia porque no sabe qué hacer (que, vamos a ver, esa es la gracia de Yooka-Laylee…).

Pero que se critique al juego porque “uf, es que tiene fallos, es que los gráficos, es que la curva de dificultad, es que no tiene online, es que mi youtuber favorito dice que es muy malo el juego y como lo dice él pues digo yo que algo de razón tendrá, digo yo, no lo voy a jugar para informarme mejor si ya tengo su opinión”.

Eso es lo peor que le puede pasar a una persona, quedarse con el “no, si a mi me da igual todo lo que simbolice el juego y lo que haya detrás”, y centrarse únicamente en “vamos a analizar el trabajo de los demás siempre desde un punto de vista escéptico que es la moda”. Yooka-Laylee, pese a que lo considero un grandísimo videojuego y uno de los mejores que ha salido este año, sería incapaz de obligar a la gente a jugarlo y a amarlo.

Pero sí hay una cosa que pienso defender: Yooka-Laylee no es ni de lejos un mal videojuego. Se le perdona a The Legend of Zelda: Breath of the Wild que tenga una historia decepcionante en comparación con otros juegos de la franquicia, se le perdona a Super Mario Odyssey lo que no se le perdona a Yooka-Laylee, que haya tanto por hacer que no sabes qué hacer, se le perdona a Uncharted 4 que no se reinvente, se le perdona a Persona 5 por llegar solamente en inglés (del cual ya sale otro debate).

Y no se le perdona a Yooka-Laylee un triste error. Un, según muchos, mal diseño. ¿De qué? ¿De que todo el mundo (prensa y youtubers en general) dicen que es malo porque sí y ya todo el mundo a pensar lo mismo sin siquiera haberlo jugado? Eso se llama efecto bola de nieve, y es horrible estar ahí.

Eso es lo que me saca de mis pantallas. Dicho todo esto, el 14 de diciembre por fin está disponible Yooka-Laylee en Nintendo Switch (a día de hoy desconocemos el precio, pero todo apunta a que serán 40€), y también se puede disfrutar desde abril en PlayStation 4, Xbox One y PC.


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Por Sergio Ortuño Fernández

Graduado en Comunicación Audiovisual. Jefe de Relaciones Públicas (PR) de VidaoPantalla y creador de contenido. Guionista, doblaje, locución y presentación de radio y TV. Shergiock@gmail.com

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