Compartir

Crítica de Pikmin 4: Nintendo vuelve a hacer su magia

Cuando alguien dice que Nintendo es de las empresas que más cuidan sus IPs (sí, sé que existen Kid Icarus, F-Zero y demás, y además los he jugado, no solo me acuerdo de ellas cuando se menciona lo dicho), por no decir que es la que más lo hace, juegos como Pikmin 4 son otra prueba más de que así es.

Tras una espera de más de 10 años desde la salida de la última entrega principal, y seis desde el spin off que no terminó de convencer, si bien era un juego aceptable, la cuarta entrega numérica de la franquicia se estrenaba en Nintendo Switch vendiendo en sus dos primeros meses más de 2.610.000 de unidades, unas cifras récord.

En su semana de lanzamiento, en VidaoPantalla empezamos una semana especial hablando de los cuatro primeros juegos de la saga, y medio año después ha llegado el momento de poder hablar con spoilers de esta entrega que se ha ganado el corazón de sus fans, siendo aclamada como posiblemente la mejor entrega de todas, y que demuestra que Nintendo lo único que piensa con Pikmin es en mejorarla entrega tras entrega.

Crítica de Pikmin 4: Nintendo vuelve a hacer su magia

Antes de hablar de Pikmin 4 hagamos un breve repaso por las tres primeras entregas. La primera de ellas nos presentaba un mundo lleno de soledad, tristeza, la desesperación de un ser vivo por poder escapar de un terreno hostil y desconocido ayudado por seres inteligentes y regresar a casa.

La segunda entrega era mucho más alegre, en la que ya no había límite de tiempo, centrada en ser una búsqueda del tesoro, ya no solo en terrenos exteriores, sino también en interiores que actuaban como mazmorras con puzzles y desafíos que solamente se podían resolver con tipos de pikmins específicos.

La tercera nos ponía en la piel de tres héroes que tenían la misión de recolectar comida para su planeta, cuya superpoblación lo estaba dejando cerca del exterminio, ofreciendo una jugabilidad más dinámica. En Pikmin 4, Nintendo unió estas tres premisas para crear una nueva experiencia que no tendría por qué ser una secuela, sino más bien, un nuevo inicio.

Nada más empezar el capitán Olimar nos hará un breve resumen de lo que parecía era el primer juego, y digo parecía porque de repente se presenta una nueva incorporación: Moss. Se trata de una especie de perrita que sirve para darle más dinamismo a la jugabilidad. Tras terminar el tutorial, se destapa la historia.

El capitán Olimar ha mandado una señal de S.O.S. a la Brigada de Rescate para que acuda en su ayuda, pero como de costumbre en la saga, una vez entran en contacto con la atmósfera de PNF-404, el planeta donde sucede toda la acción, la nave sufre una avería separando al grupo.

Es aquí donde entra el único aspecto que puede no gustar del juego: el avatar. Por primera vez en Pikmin, en vez de controlar a Olimar o a cualquier otro personaje que hable, piense o tenga personalidad y/o motivaciones, simplemente controlaremos a un personaje que permanecerá mudo en todo momento.

En general, el avatar no chirría, pero tampoco brilla. Toda la narrativa se centra en el resto de miembros de la brigada, así como en Olimar cuando lo rescatas y otros tantos personajes rescatados. Además la personalización del avatar es bastante pobre y simple, solo pudiendo cambiar el color de piel, peinado y traje, el propio peinado en si entre seis opciones, diez ojos bastante genéricos y cinco cuerpos, siendo solo uno de ellos desbloqueable.

Este aspecto es realmente el peor del juego, y sabiendo que es uno meramente estético, os podéis imaginar cómo es todo lo demás. Volviendo a la historia, esta es algo más simple que las anteriores, centrada únicamente en rescatar a gente perdida, encontrar objetos para conseguir materias primas en forma de combustible para la nave, y poco más.

No obstante, esta historia sabe que los fans de Pikmin somos extremadamente fieles, y por primera vez no se oculta el hecho de que PNF-404 es nuestro planeta Tierra, posiblemente después de alguna catástrofe natural (aunque un detalle del juego impide esta teoría… En teoría).

Este es solo un ejemplo de los varios objetos que encontraremos a la largo del juego que nos darán a entender que antes aquí había humanos, había creadores, inventores, personas que se dedicaban a crear estos artilugios. Siempre ha sido un secreto a voces que Shigeru Miyamoto pensó en una Tierra postapocalíptica para Pikmin, pero es aquí donde más se siente esa realidad.

Sin embargo, en el minijuego extra de Olimar, hay un detalle que me llega a chirriar. Veréis, uno de los motivos del por qué se cree que estamos en un post apocalipsis es porque en la primera entrega recuperamos el contador geiger que tiene la Dolphin, la nave de Olimar. Este aparato en la vida real se usa para medir la radiación de un lugar, y en la primera entrega está en constante movimiento, dando a entender que hay demasiada en esa zona.

Pero, una vez jugamos Las Desventuras de Olimar, que rememora al primer juego siendo esta vez más rápido al solo dejar 15 días para recuperar las 30 piezas, y que os recomiendo lo completéis una vez lo desbloqueéis, este mismo objeto aparece pero completamente estático, sin moverse. ¿Tal vez se ha quedado sin batería, o en la vivienda no entra tanta radiación? Esto da para muchas teorías.

Sea como fuere, este es uno de los muchos pequeños detalles que tiene el juego, pues si bien podría actuar como un Pikmin Zero (con ceta para parecerse más a lo que Miyamoto quería hacer con Star Fox Zero) al no estar colocado en ninguna parte de la cronología, hay otros tantos que sacan sonrisas a los fans.

Desde que Luís siga siendo un egoísta que solo piensa en comer, y regresa al subsuelo para matarnos si vamos a por él controlando a una criatura enorme, la aparición de tres personajes que son una clara referencia a Alph, Brittany y Charlie de la tercera entrega, varios archivos que hacen guiños a las dos primeras entregas, jefes memorables…

Pero, sin ninguna duda, el archivo que más me gustó y el que más me hizo saltar de la silla al ver que verdaderamente Nintendo estaba interesada en cuidar Pikmin, es el que vais a ver a continuación, que quienes no conozcáis el contexto puede que no os sepa a nada, pero para los que sí, creednos, fue una locura.

Crítica de Pikmin 4: Nintendo vuelve a hacer su magia

Qué cansadísimo estoy…”. “I am so very tired”, como se diría en inglés. Como dije al principio, Pikmin 1 es una entrega oscura, triste, que denota el malestar de alguien en un mundo hostil contando sus horas para morir si no encuentra las piezas de su nave para volver a casa. Un juego verdaderamente oscuro para ser de quién es, y que lo podría haber sido más si el contenido removido no hubiese sido eliminado.

Cuando completas un día en el primer juego, Olimar escribe una entrada en su diario de abordo. En ellas se puede ver su malestar ante la situación, así como otras investigaciones que ha hecho, y podemos conocer mejor su psique, haciendo a este uno de los personajes más psicológicos de la Gran N. En una de las entradas eliminadas, que se conseguía el último día si tenías menos de 25 piezas (lo cual era un game over), Olimar simplemente escribía “estoy muy cansado”.

Aquí podemos tener dos interpretaciones. O está muy cansado porque se está quedando sin fuerzas debido a sus treinta días en el planeta, o bien está cansado psicológicamente de tanto pensar en su muerte. Seguramente Nintendo querría dejar este diálogo como lo primero, pero como la segunda opción también tiene su aquel, y además estaba quedando un juego muy tétrico, era comprensible que lo quitasen.

Este pequeño guiño, que además es el único texto coloreado en rojo, es una muestra brutal de que lo que podría haber sido un bulo o leyenda urbana de Internet, fue una vez real. Hecha toda esta presentación, queda claro que Nintendo se preocupa por Pikmin a pesar de las pocas entregas que han sacado, así como del intervalo de tiempo que pasa entre cada una.

Y no solo se trata de cuidar a tu comunidad con ese pequeño fanservice del bueno, sino que además tienes que seguir mejorando la calidad de los juegos mientras mantienes su esencia original. Una queja general con Pikmin 3 es que, a pesar de sus innovaciones jugables gracias al WiiU GamePad entre otras, era demasiado continuista en lo que a la fórmula se refería.

En Pikmin 4 todo sufrió un enorme cambio, empezando con la cámara, que podría ser tanto como la que estamos acostumbrados como una más cercana al avatar y los Pikmin, más en tercera persona sin llegar a ser ella. Además añade a Ochin como montura, lo cual hay que decir que facilita bastante al juego y puede ser una pequeña pega, pero ya hablaremos de eso.

Se nota que Nintendo quería crear un nuevo Pikmin desde cero, reinventar la fórmula de tal forma que tanto nuevos como clásicos fans disfrutaran por igual del juego. Por una parte contamos con una historia similar al primer juego así como la posibilidad de llevar únicamente tres tipos de pikmins en el equipo. Por otra tenemos las cuevas del segundo juego, que añadían más puzzles. Y por último contaremos con mejoras jugables y mecánicas nuevas como se vio en la tercera entrega.

Todo unido para crear el Pikmin definitivo, y que te salga bien la jugada. Pikmin 1 tenía cinco niveles, siendo uno el tutorial y otro el jefe final, dejando realmente solo tres explorables. Pikmin 2 los actualizó y mantuvo cuatro niveles con catorce cuevas, mientras que Pikmin 3 contaba con cuatro niveles y uno más para el jefe final.

En Pikmin 4 contamos con seis zonas completas para explorar, con su gran cantidad de tesoros por encontrar, personas por rescatar, entre otros. De esta forma, se convierte en el juego más longevo de la franquicia, pudiendo llegarte a durar más de 30 horas para conseguir el 100%.

Crítica de Pikmin 4: Nintendo vuelve a hacer su magia

A esos niveles se le suman las fases nocturnas, que por fin llegan a la saga. Estas nos sitúan en niveles del estilo “defiende la bandera” que, sinceramente, son un soplo de aire fresco, pues cambian por completo la jugabilidad. Aquí deberemos organizarnos a lo largo de 14 niveles para proteger la o las lumilomas, pudiendo usar objetos para defenderlas, señuelos para que los enemigos pierdan tiempo…

Aquí hacen su aparición los pikmin luminosos, que únicamente se pueden usar en estas fases. Con ellos deberemos defender la lumiloma para que no la destruyan, y con ella conseguir un néctar especial que nos servirá para avanzar en la historia. Cada nivel tiene su dificultad, y se siente un reto bastante divertido con el que pasar ratos entretenidos.

Aparte del modo historia contamos con el modo Batalla Dandori, que sirve como un multijugador local (también es posible luchar contra la CPU) y que está bastante bien como un modo extra. Es básicamente jugar Pikmin pero con una cuenta atrás y con un sistema de puntuación.

Es ahora cuando toca hablar del punto más fuerte del juego y el que ha sido la mayor sorpresa: el diseño de sus niveles. Estos a simple vista pueden parecer iguales a sus predecesores, incluso más pequeños podríamos decir, y aunque realmente puede ser así, la gracia está en cómo están diseñados para que se sientan retantes, desafiantes y divertidos de jugar.

Lo primero de todo es que tendremos que ir avanzando tomando caminos libremente, no te piden que vayas a un sitio concreto y se siente menos lineal que antes. Además de las cuevas que regresan de la segunda entrega de una forma más interesante y curiosa, no solamente nos enfrentaremos a jefes ahí dentro, sino que en el exterior también habrá minijefes por derrotar.

La base la podremos mover de sitio, lo que nos ayudará a los Pikmin a la hora de moverse. Además de los clásicos objetivos, habrá batallas Dandori y desafíos, que nos animarán a completarlos al 100%. También hay secundarias, por primera vez en la saga, aunque no son del todo imaginativas, pues son más bien actividades que vas a acabar realizando simplemente jugando.

Se le suma también la nueva “moneda” del juego, la materia prima, que servirá, aparte de para comprar mejoras y objetos, para crear puentes de arcilla. En Pikmin 4, al contrario que su predecesor, controlaremos a todos los pikmins vistos en la saga, con una inteligencia artificial mucho más trabajada que hará la experiencia mucho más satisfactoria. Estos pikmins son:

  • Pikmin rojo: muy fuertes e inmunes al fuego.
  • Pikmin amarillo: excavan más rápido y son inmunes a la electricidad.
  • Pikmin azul: capaces de nadar en el agua.
  • Pikmin morado: los más fuertes con la fuerza de diez pikmins.
  • Pikmin blanco: ligeros e inmunes al veneno.
  • Pikmin pétreo: duros como una roca, capaz de romper cristales.
  • Pikmin alado: capaces de volar.
  • Pikmin gélido: nueva integración que puede congelar todo, desde enemigos hasta ríos.
  • Pikmin luminoso: los más versátiles que solo se pueden usar en las expediciones nocturnas.

Todos los pikmin tienen sus propias características y aprender a usarlos en los momentos necesarios será clave para seguir avanzando. Pero además de los gélidos y luminosos, se añade un nuevo integrante al equipo, y es aquí donde debo pararme y ponerme serio porque este es, probablemente, el único problema grave de la jugabilidad de Pikmin 4. Por suerte, este problema tiene una fácil solución.

Juego donde pueda tener un perrete como compañero, juego que se gana mi cariño. Lo hizo Persona 3 con Koromaru, lo hizo Tales of Vesperia con Repede y lo está haciendo Final Fantasy 16 con Torgal. Y Pikmin 4 no iba a ser ninguna excepción a la regla, Ochin es una perrete con la cara chata que dan ganas de abrazar y de pedir a Nintendo que saque un peluche oficial solo para estrujarlo.

Pero rompe bastante el juego haciéndolo un paseo. Mientras que cada pikmin tiene su propia habilidad, Ochin las tiene prácticamente todas: puede nadar, tiene bastante fuerza como para mover él solo objetos, puede cargar y atacar a los enemigos, y si compras las mejoras necesarias puedes hacerlo inmune a todos los elementos.

Como podéis imaginar, todo esto convierte a Ochin en un tanque, haciendo que el juego sea extremadamente fácil. O eso es lo que parece, porque por suerte todo esto es opcional. La filosofía Nintendo es la de que hacer juegos para todos los públicos, tanto el casual que nunca ha tocado un mando de consola en su vida como el que lleva desde que tiene uso de razón con un mando en las manos.

Pikmin 4 presenta un sistema de mejoras para el avatar y para Ochin, las cuales puedes desbloquear con materia prima o con puntos de experiencia que se consiguen rescatando a personas perdidas. En cuanto a los artilugios, estos se compran con materia prima y dan mejoras como más vida, resistencias elementales, velocidad, defensa, actualizaciones del silbato, mientras que a Ochin le da resistencias elementales, vida y defensa.

¿Y dónde está lo bueno? Que aunque la curiosidad pueda contigo, estos artilugios son equipables, por lo que lo único que tienes que hacer si quieres un reto es desequipártelos y ya está. De esta forma, tanto nuevos fans como clásicos podremos tener experiencias distintas. ¿Lo malo? Que las habilidades de Ochin no son equipables, una vez las desbloqueas, se quedan para siempre.

En una primera partida esto puede suponer un “problema” para los fans más clásicos, pero para la segunda ya vas preparado sabiendo que, si quieres un reto, lo mejor es no entrenar a Ochin. Es bastante curioso cómo han llegado los elementos RPG a una saga que no parecía que jamás fuese a tenerlos, y lo bien que le han sentado.

Crítica de Pikmin 4: Nintendo vuelve a hacer su magia

Llegamos ya a la recta final de la crítica. Mirad, yo no sé cuándo anunciará Nintendo a la sucesora de Nintendo Switch y, la verdad, no tengo tampoco mucha prisa porque llegue el momento. Porque yo sé que si un estudio quiere, la actual consola híbrida de Nintendo puede sacar a relucir todo su potencial. A lo largo de la crítica habréis visto las imágenes que he publicado, y todas ellas son capturas de la propia consola.

Cuando el equipo desarrollador quiere, y se le da el tiempo que necesite una obra audiovisual, la magia aparece. Sé que no es lo mismo una captura que ver el juego en primera persona, pero gracias a la versión de prueba que tenéis disponible, podéis ver con vuestros propios ojos lo precioso que se ve este juego, y lo mejor, sin ningún tipo de caídas de frames.

Visualmente estamos ante una maravilla de obra, un título que demuestra que no es necesario tener chorromil niveles de potencia gráfica cuando, al final, lo que importa es que sepas trabajar con lo que tienes y conseguir un estilo artístico bello, bonito, actualizado a nuestros tiempos, y lo más fluido que puedas.

Crítica de Pikmin 4: Nintendo vuelve a hacer su magia

Aunque no solo nuestros ojos van a llorar de felicidad, también lo hará su banda sonora. Aparte de los temas más activos a la hora de luchar contra jefes, en general siempre tendremos música atmosférica, relajante, que se mete dentro de nuestros oídos de forma que no nos enteramos, y eso da una sensación tranquila y agradable.

De todos los temas, mi favorito es, como no, el del menú de inicio. Llevo como una hora escribiendo con ese tema en bucle, y no me canso. Porque artísticamente esta música quiere decirnos “sí, lo sabemos, lleváis mucho tiempo esperando este juego. Prácticamente una década. En 2015 os dijimos que estaba ya casi terminado, pero hasta 2022 no mostramos nada. No os preocupéis, hemos hecho un gran trabajo y este es nuestro regalo por habernos ayudado todo este tiempo. Muchas gracias”.

Es imposible no emocionarse con este tema musical. Es simplemente una obra maestra, y apenas dura un minuto. Simple y llanamente, la magia de Nintendo, la magia que solamente Nintendo logra conseguir con sus videojuegos. No hay más palabras que puedan expresar lo que un fan de Pikmin siente con esta maravilla.

En conclusión: Pikmin 4 es el Pikmin definitivo. Nintendo ha alcanzado el cénit con la saga, y lograr superarla con la quinta entrega va a ser un reto completamente difícil. No sé si tendremos que esperar otra década para volver a disfrutar de una nueva entrega de Pikmin, pero necesite el tiempo que necesite, las buenas 30 horas que he pasado con este juego no me las quita nadie.

A veces pedimos juegos que duren 100 horas y nos acabamos dando cuenta que 70 de ellas no son más que puro relleno, sin gracia ni salero. ¿Realmente queremos esto? Creo que Pikmin 4 es una buena propuesta que demuestra que no, que a veces menos es más, y con esto no quiero demeritar a esas obras que duran su centenar de horas, yo mismo he disfrutado varias de ellas.

Pikmin 4 ha sido un viaje inolvidable. Un recuerdo que se quedará marcado en mi corazón como uno de los mejores que he vivido jamás en el mundo de los videojuegos, y únicamente tengo palabras de agradecimiento a Nintendo por haber creado esta obra. Gracias por haber vuelto a obrar vuestra magia.


Compartir

Por Sergio Ortuño Fernández

Graduado en Comunicación Audiovisual. Jefe de Relaciones Públicas (PR) de VidaoPantalla y creador de contenido. Guionista, doblaje, locución y presentación de radio y TV. Shergiock@gmail.com

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *