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Celeste es un videojuego de plataformas en 2D desarrollado por Matt Makes Games, una compañía de videojuegos afincada en Canadá. El juego independiente fue lanzado en enero de 2018 para todas las plataformas, consiguiendo un reconocimiento crítico enorme y recibiendo montones de nominaciones a importantes premios. Quizás el más destacado haya sido la nominación de “Juego del Año” en los The Games Awards, compitiendo con pesos pesados como God of War o Red Dead Rendemption 2. Siendo un juego indie en 2D de un género del que parece que ya está todo hecho, es sorprendente lo alto que ha llegado. ¿Realmente es para tanto? ¿Está al nivel de los mejores juegos del año pasado?

Matt Makes Games no es un creadora de videojuegos nueva en el gremio precisamente. Ya eran populares debido al lanzamiento de TowerFall, un título que si bien no fue un gran éxito, no pasó desapercibido. Con un estilo gráfico similar al de Celeste, y algunos movimientos de los personajes similares, nos enfrentábamos a un multijugador frenético. Cuatro jugadores juntos en pantalla en los que conseguiremos pasar de nivel eliminando al resto de los enemigos. Un juego muy divertido y competitivo que nos recuerda a una fusión de Super Smash Bros y juegos plataformas en 2D.

Madeline sabe que tiene que hacerlo, que lo necesita, pero puede que fracase en el intento. Aún así, optará por poner todas sus ganas e intentarlo.

Celeste supuso un paso mas allá para la compañía. En el título nos encontramos a Madeline, una joven deseosa por superar el reto de lograr escalar la montaña Celeste. Si hay algo por lo que podemos decir que el juego es hasta cierto punto original, es debido a su argumento. Normalmente los juegos de plataformas, especialmente los que toman como referencia los títulos más retros, carecen casi completamente de una historia. Algún vídeo de 5 minutos que nos incita a vivir aventuras y una explicación corta de las mecánicas jugables suele ser más que suficiente. En el caso de Celeste, la historia no es un mero adorno que nos servirá como excusa para sortear una serie de peligros inimaginables.

Madeline no se encuentra bien y necesita hacer algo para remediarlo. Necesita plantearse un reto y conseguirlo, por muy duro que sea. A veces se siente ansiosa, otras apagada, y no consigue encontrar una explicación real a su frustración. Con ella emprenderemos una viaje que nos llevará a intentar superar el desafío que puede que marque su vida: escalar la montaña Celeste. Ella sabe que tiene que hacerlo, que lo necesita, pero puede que fracase en el intento. Aún así, optará por poner todas sus ganas e intentarlo. En nuestro viaje hacia los desconocido nos encontraremos a algunos personajes de lo más pintoresco, entre los que destacará Theo. Tendremos conversaciones muy interesantes con el aspirante a fotógrafo, y nos ayudaremos mutuamente en nuestra cruzada.

Las conversaciones serán largas y quizás algo densas entre capítulos, haciendo evolucionar a Madeline, que conseguirá encontrar una solución a sus problemas. En realidad más que una solución, encontrará una forma de poder sobrellevarlos, afectando a su vida muy positivamente. El aprendizaje no será nada fácil, al igual que en la vida, Celeste es exigente y cada vez nos pondrá a prueba más y más. Descubriremos cosas que ignorábamos, superaremos momentos complicados y conseguiremos alcanzar metas que nunca habríamos pensado. Aunque hay un punto en el juego en el que se produce un parón algo largo con conversación trascendental incluida, esto no empaña un ritmo que consigue que cada vez queramos llegar más lejos.

Las mecánicas jugables de Celeste se basan en una fórmula que funciona completamente: simple de manejar, complicado de dominar.

Las mecánicas jugables de Celeste se basan en una fórmula que funciona completamente: simple de manejar, complicado de dominar. Siendo un juego en 2D que toma prestado elementos de los juegos de plataformas de siempre, es normal que sea así. Saben que con un par de movimientos se puede llegar muy lejos. En Celeste podremos saltar, escalar, hacer un dash en cualquier dirección y rebotar entre paredes. Eso es todo. Y es más que suficiente. Los movimientos no son desde luego, revolucionarios u originales. El juego funciona debido al magnífico diseño de niveles y la implantación de diferentes mecánicas, cada vez más complejas, en cada capítulo.

Los diferentes capítulos nos traerán niveles muy variados, tanto gráficamente como a nivel de diseño. Nos encontraremos con un misterioso hotel, un frondoso bosque, un paseo entre nubes o la cumbre de la montaña. Cada capítulo tendrá nuevos elementos e implantará diferentes mecánicas, que se irán haciendo más y más complejas. En Celeste encontraremos un objeto con el que podremos hacer un dash adicional, una pluma con la que podremos volar en todas direcciones por un tiempo limitado o bloques que se moverán automáticamente en cuánto les toquemos, entre muchos otros. El manejo de un nuevo objeto trae consigo una mecánica a dominar, que nos será introducido de forma sencilla y se irán complicando a medida que sigamos avanzando. Las variedad de situaciones irán en aumento, llegando a vivir un par de momentos realmente épicos que no pensábamos que viviríamos en un juego de estas características.

 

 

Aunque es cierto que la historia y las mecánicas jugables exceden las expectativas en un juego como Celeste, no es el apartado más comentado entre crítica y público. Éste es, sin duda, su aparentemente ingente dificultad. Pero no todo es lo que parece. Es cierto que Celeste es un juego difícil y, desde luego, su fama le acompaña. Pero podemos decir que, al menos en las caras A, es un título muy asequible y menos difícil que Super Meat Boy o The End is Nigh. Debido a su ajustada curva de dificultad, la poca importancia de la muerte (se guarda automáticamente en cada pantalla) y alguna que otra ayuda, nuestra frustración nunca nos impedirá llegar a la cumbre. Matt Makes Games sabe que su juego es complicado, pero siempre intenta facilitar las cosas al jugador lo máximo posible.

Es lo que resume el espíritu de Celeste: intentar superar nuestros miedos buscando fórmulas para mejorar y mantener la situación bajo nuestro control.

Como ya hemos comentado, la muerte en Celeste es algo puramente anecdótico. Moriremos muchas veces, pero nos dará igual. Apenas hay tiempos de carga y comenzaremos de forma automática al principio de cada pantalla, evitando la excesiva repetición. Además, el título es justo en todas las ocasiones, haciéndonos ver que si hemos fallado es por nuestra culpa, y que debemos tomárnoslo con calma. Es lo que resume el espíritu de Celeste: intentar superar nuestros miedos buscando fórmulas para mejorar y mantener la situación bajo nuestro control. En Celeste hay diferentes recolecciones de objetos. La más habitual son las fresas, que nos dará retos más complicados pero no afectará a nuestro viaje en nada más. Es un simple objeto coleccionista para los hábiles, ya que supone un verdadero retos conseguir todas. Un nuevo incentivo para los jugadores más hardcore que no molestará a los menos experimentados.

También habrá ocultas en cada capítulo una serie de cintas, que nos llevará a niveles alternativos de cada capítulo que supondrán un reto realmente complicado. Estos niveles son una verdadera pesadilla para los menos hábiles, los que le han dado la fama a Celeste de juego que no está al alcance de todo el mundo. Aunque cualquier completista estaría orgulloso de superarlas, no son obligatorias para llegar al final del juego, por lo que es más bien como un nuevo nivel de dificultad. Por último tendremos los corazones, ítems muy ocultos en cada capítulo que sí tienen una utilidad que, desde luego, no os desvelaremos aquí.

Celeste es un juego con un control prácticamente perfecto, como era de esperar en un título con una dificultad tan alta. Esto hace que nuestro nivel de frustración no suela ser demasiado alto, si tenemos un poco de paciencia. Un punto a tener en cuenta es que el funcionamiento del dash con la palanca no es del todo preciso que deberíamos esperar. No funciona mal ni mucho menos, pero botones van mucho mejor. Casi parece que el juego se hizo con esa idea desde el principio. Adicionalmente, el timing en algunos momentos si que puede provocar más de un momento de nerviosismo. No será el factor común, pero el funcionamiento de los saltos en las nubes nos requerirá una mayo dosis de concentración.

La duración es satisfactoria para un un plataformas en 2D de estas características, sobre todo teniendo en cuenta su bajo precio. Nos llevará su tiempo acabar cada capítulo, además de los coleccionables, caras adicionales y alguna que otra sorpresa. La historia principal, sin comernos mucho la cabeza y dejando a un lado el 100%, nos llevará entre 10-15 horas. Pero serán unas horas en las que, de seguro, no nos aburriremos en ningún momento.

En relación a la parte gráfica y sonora, es sobresaliente por varios motivos. Aunque sea un tema discutido que haya llegado incluso a generar polémica, Celeste es tremendamente bello a su manera. Su pixel art no es el más detallado ni el más innovador, pero es realmente sorprendente. Un estilo colorido, poco definido y que parece incluso algo descuidado, pero que acaba siendo realmente precioso y variado. Nunca nos parecerá feo o aburrido, y acompaña muy bien a una aventura en la que nos tendremos que fijar en cada movimiento para conseguir avanzar. Su apartado sonoro consta de piezas que va desde lo melancólico hasta lo aventurero. No es el apartado que más destaque pero cada melodía va como anillo al dedo al juego. Sintonías que bien podrían haber salido de un juego de la generación de 16 bits, pero sintetizadas para darle una mayor dosis de modernidad.

 

En resumen

Lo mejor:

  • Que un plataformas de 2D tenga una historia a medida que avanzamos y que nos pueda generar sentimientos, no es, sin duda, lo más habitual.
  • La dificultad está muy bien medida en el modo normal, siendo justa y casi nunca frustrante, a pesar de ser realmente retante.
  • Para los jugadores más experimentados, tendremos todo tipo de coleccionables que suponen un mayor desafío. A los usuarios más inexpertos esto no les molestará e incluso podrán pedir alguna que otra ayuda.
  • Hay momentos realmente épicos en los que viviremos situaciones que nos esperábamos. Y no digo nada más.Lo peor :
  • A pesar de tener un control que responde casi a la perfección, no parece pensado para realizar el dash con la palanca, puede llegar a causar más de una muerte.
  • El timing en algunas nuevas mecánicas jugables será un poco complicado de dominar, queriendo quitarlas de nuestra vista lo antes posible.
  • Cierto nivel, a pesar de ser muy notable, puede pecar un poco de repetitivo considerando lo avanzados que estamos en el juego.

Como conclusión, tenemos que decir que, sin duda, Celeste no es uno de los mejores juegos independientes estrenados en 2018, sino que es uno de los mejores juegos del año en general. No nos cuesta ver porqué la crítica ha ensalzado tanto este plataformas poniéndolo al nivel de las grandes obras maestras del año. Un juego en el que viviremos montones de emociones y del que nos será muy difícil separarnos pese a las dificultades que nos encontraremos. Un título que nos deja una sonrisa de satisfacción cada vez que recordemos que nosotros, sí superamos ese reto.

Os dejamos con el tráiler de Celeste

 


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Por Leticia Martínez Páramo

Apasionada del cine, la música y los videojuegos. Cuando me dijeron que la princesa estaba en otro castillo, el momento en el que empecé a pasear por Hyrule, el miedo que sentí cuando llegué a Raccoon City... Fue cuando supe que me había perdido para siempre.

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