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Cuando leemos el nombre de Pony Island, lo primero en lo que pensamos es un juego infantil, colorido y con ponis saltarines. Pero que esto no os engañe. Pony Island no es un juego sobre ponis. Es un título el cual es consciente que es un videojuego, y que nosotros somos el jugador. Y mediante esta premisa, el juego se ríe de nosotros y de si mismo, a la vez que consigue inquietar y asustarnos.

Inserta tu alma para continuar

Pony Island surgió en 2016 de la mano de Daniel Mullins Games, de forma tapada y prácticamente sin avisar. El juego nos pone en la piel de un jugador que juega a una máquina arcade de nombre Pony Island. Este jugador podemos ser nosotros mismos, o el personaje que nos presenta su historia. Muy pronto descubrimos que estamos atrapados en esta máquina, controlada por el Demonio, y que la única forma de salir de ahí es rompiendo el juego mediante el hackeo, mientras saltamos vallas con nuestro poni.

Nada más empezar el juego no quiere que lo juguemos. El botón de Inicio no funciona y los elementos del Menú de Opciones se caen al seleccionarlos. Y para seguir avanzando, tendremos que romper el sistema para poder continuar. Ahí es cuando nos damos cuenta de que es el videojuego el que juega con nosotros, y no a la inversa. No sabes con qué nuevas trampas nos va a sorprender el Demonio. Y cuando parece que le hemos pillado, nos vuelve a sorprender con una nueva vuelta de tuerca, rompiendo la cuarta pared y atacándonos a nosotros.

Rompiendo el juego

Pony Island se puede dividir en varias partes. En una de ellas, controlamos a un poni que avanza saltando vallas y eliminando enemigos con un rayo láser. ¿Pero qué pasaría si el juego tomara consciencia sobre si mismo e hiciera imposible seguir avanzando? En este momento tendremos que hackear el juego para seguir avanzando.

Tranquilos, no es necesario tener conocimientos sobre Java o C++. En estos hackeos tendremos que llevar una llave hacia un cerrojo colocando flechas y atajos, ya sea evitando las líneas de código perjudiciales o creando un bucle para ganar poder artificialmente y subir de nivel.

Estos puzzles presentan una lógica prácticamente matemática, y salvo alguno que se nos pueda atragantar, suelen ser bastante sencillos. Su punto negativo es que suelen hacerse un tanto repetitivos. Las partes de plataformas y habilidad tampoco son excesivamente complicadas, aunque en alguna ocasión el control puede hacerse un poco impreciso.

A su vez, también investigaremos en los archivos del juego en busca de pistas, mientras hablamos con un misterioso personaje que nos ayudará en nuestro objetivo.

La destrucción de la cuarta pared

Uno de los mejores elementos de Pony Island es su capacidad de romper la cuarta pared. Aquí nos enfrentamos a un demonio que ha programado el juego intenta por todos los medios que no sigamos avanzando, ya sea quitándonos nuestro láser o nuestras alas.

Pony Island sabe usar su historia delirante para romper con las convenciones de lo que es un videojuego, y nos incita a jugar en su contra. Mullins nos engaña continuamente y de diferentes formas.

El juego tiene varias formas muy efectivas de romper esa cuarta pared. Aunque algunas de ellas es mejor no explicar en qué consisten, ya que Pony Island tiene en la sorpresa una de sus mejores armas.

En conclusión

Pony Island es un título que no admite medias tintas, o lo amas o lo odias con todo su ser. Lo que es seguro es que no dejará indiferente a nadie.

Su diseño retro luce a un muy buen nivel, y la banda sonora de Jonah Senzel roza el excelente con sus melodías MIDI.

A Pony Island se le puede achacar que sea demasiado corto. El juego se puede terminar perfectamente en unas 3 horas, alguna más si nos entretenemos en buscar los diferentes coleccionables. Pese a ello, al menos tiene la ventaja de saber terminar en lo más alto sin que su interés empiece a caer.

Un título que sabrá atraer nuestra atención, creando una experiencia difícil de rechazar. Una experiencia que durará, al menos, hasta que lo borremos del disco duro.

Hemos realizado este análisis con la versión de PC, ¡esperamos que os guste!

Cuando leemos el nombre de Pony Island, lo primero en lo que pensamos es un juego infantil, colorido y con ponis saltarines. Pero que esto no os engañe. Pony Island no es un juego sobre ponis. Es un título el cual es consciente que es un videojuego, y que nosotros somos el jugador. Y…

Pony Island

Gráficos - 8.5
Sonido - 9.5
Jugabilidad - 8.5
Duración - 7
Historia - 8

8.3

8.3

Cuando leemos el nombre de Pony Island, lo primero en lo que pensamos es un juego infantil, colorido y con ponis saltarines. Pero que esto no os engañe. Pony Island no es un juego sobre ponis. Es un título el cual es consciente que es un videojuego, y que nosotros somos el jugador. Y mediante esta premisa, el juego se ríe de nosotros y de si mismo, a la vez que consigue inquietar y asustarnos

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Por Carlos Boher

Licenciado en Comunicación Audiovisual. Jugando a videojuegos desde que era pequeño. Amante del Survival Horror y los RPG. Trophy Hunter. Fui a Silent Hill y volví para contarlo.

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