
Los videojuegos son esas obras audiovisuales que nos permiten visitar mundos en los que explorar infinidad de historias, puntos de vista, y lecciones de vida. La saga Tales of siempre ha sido una franquicia JRPG que ha tenido sus mensajes en cada entrega: el cuidado del medio ambiente, la importancia de controlar el capitalismo para que no afecte a las vidas de las personas, el anhelo de venganza o de libertad…
Pero si hay un tema que ha tocado mucho esta saga ha sido la discriminación, siendo, tal vez, Tales of Symphonia la entrega que más se ha enfocado en ello y que mejor le ha salido la jugada. Un antagonista con el que empatizar y situaciones con las que pararte a pensar si estás haciendo lo correcto o no, o si incluso merecerá la pena intentarlo.
No obstante, en 2004, curiosamente un día después del noveno aniversario de la saga, salió a la venta para las PlayStation 2 japonesas Tales of Rebirth, protagonista de este análisis, que empleó lo utilizado en Symphonia para ser mucho más directo, mucho más fiel a la realidad, y que no dudó en tocar temas que hoy en día serían muy sensibles.

Antes de nada, hay que agradecer al equipo de Life Bottle Productions por haber traducido al inglés la obra de Namco, ya que actualmente es imposible jugarla si no es por medio de la emulación. Esperemos que este análisis lo podáis leer con el anuncio o el estreno de Rebirth en forma de remasterización, ya que es uno de esas joyas ocultas del género.
La obra comienza con un suceso extraño que hace despertar poderes en ciertos humanos. Nuestro protagonista, Veigue, tiene el poder del hielo, mientras que Mao tiene el de fuego y Eugene el del hierro. Durante un año, Veigue ha estado vigilando el iceberg donde encerró a su amiga de la infancia, Claire, al desatar su poder.
Cuando Mao y Eugene le ayudan a entender sus nuevos poderes, liberan a Claire y parece que ya estaría todo, pero entonces llegan los villanos del juego, el Escudo Real (Royal Shield), un grupo que está buscando a mujeres jóvenes y bellas para secuestrarlas y llevarlas al castillo de Balka, la capital de Calegia.

¿El motivo? Ya os digo que tiene su sentido para el juego. Es ciertamente darle fin al primer acto para que empiece el segundo y, así, empiece de verdad el videojuego. Este nos puede durar unas 25 horas, como es de la vieja escuela lo secundario no está marcado en el mapa ni hay tampoco un menú para saber dónde hay qué cosa.
La historia conforme va avanzando se pone más interesante, te quedas con ganas de saber qué va a pasar, qué le ocurre a los protagonistas, cuáles son los verdaderos objetivos… Aunque un aspecto negativo es que este es, posiblemente, el Tales of con el villano final más oculto de todos.
Quiero decir, a mitad de cada Tales of puedes intuir quién va a ser el jefe final, quién la está liando y tienes a tu enemigo en constante contacto para conocerle mejor. Pero en Rebirth no sabes quién es el villano hasta que llegas al final, lo cual si bien no es decepcionante, sí le quita ese peso que tienen los antagonistas en la saga.

En cuanto a la pandilla esta cumple con lo esperado, aunque no es que sea una de las más trabajadas de la saga. Veigue, el protagonista, es bastante plano, siendo un personaje un tanto emo (un tropo muy popular en ese entonces en Japón) que solamente dice que quiere recuperar a Claire, que quiere salvar a Claire y que básicamente solo le importa Claire. Solo por el final del juego se pone algo interesante.
Veigue no es un mal protagonista, pero como dije en el artículo de Tales of Eternia, sus compañeros le quitan el protagonismo. Tytree se siente más como el líder del grupo, el que quiere animar a los demás y que busca siempre buen rollo, aunque al igual que Veigue, se la pasa todo el tiempo repitiendo que la raza no es importante y que todos somos humanos y blablabla.
Hilda se me hace más interesante, al ser una Half, es decir, el resultado del amor entre un humano y una Gajuma, porque sí, en este juego todos son seres humanos pero los que tiene forma tradicional se llaman Huma y los animales Gajuma. Hilda es mitad uno mitad lo otro, lo que le genera muchísimos problemas de ansiedad consigo misma.

Misma ansiedad que siente Annie, ya que su padre fue asesinado por un Gajuma, y esto le provoca un enorme desprecio hacia todos ellos, hasta el punto de que, como aprendiz de medicina, se cuestiona si salvar las vidas de quienes desprecia, lo que le supone una contradicción con su juramento.
El Gajuma que se dice mató a su padre es Eugene, un ex-comandante que guarda muchos secretos sobre la muerte del padre de Annie así como de su pasado. Es uno de los más interesantes y la voz de la razón, así como la figura paterna de Mao. Mao es el niño del grupo, y he de decir que me ha sorprendido ya que es muy diferente al del resto de Tales of.
Genis, Karol, Laphicet e incluso Elize se muestran muy maduros para su edad, pero Mao, pese a tener un año más que ellos, 13 años, lo ves muy infantil e inocente. Y, sin entrar en spoilers, tiene su motivo. Como dato curioso, es el personaje que más sale en las skits, y es que en la gran mayoría de ellos aparece ya sea para protagonizarlas o soltar una frase.

En general, esta pandilla no está mal, aunque no destaca mucho por encima de otras. Igual es porque no ha salido de Japón y es un Tales of muy desconocido para nosotros, y posiblemente lo siga siendo. No es que hablemos de un juego que juegue con el doble sentido o permita interpretaciones, si no que te lo suelta sin anestesia.
Aparte del racismo, otro tema que trata es cómo lo sienten las personas, más que hablar de la injusticia que supone. Uno de los personajes incluso quiere, y consigue, cambiar su cuerpo para sentirse mejor consigo mismo. No hace falta que hable más para dar a entender con qué otro tema de actualidad se puede hacer llorar a esa generación de cristal del medievo.
Por no hablar de que hay un pueblo en que hombres y mujeres no pueden dirigirse la palabra, y aunque solo es una muestra más de discriminación en el juego, algún ignorante podría confundirlo con cierta religión que existe en la vida real. Dicho de otra manera, Tales of Rebirth vendría con una cantidad ingente de censura, tanta, que básicamente sería otro juego (a no ser que Bandai Namco sea valiente y le de igual todo).

El arte del videojuego ya lo habréis visto, un pixel art muy potente en una PlayStation 2, un estilo que apenas era popular debido al gran auge del 3D, pero a Namco le daba igual e hicieron el juego como quisieron. Como solo es posible jugarlo con emulador, no podría deciros qué tan estable es en cuanto a fps, ahí dependerá de la fuerza de vuestro ordenador.
La banda sonora, en cambio, está bien. No hay ningún tema que sorprenda, pero tampoco hay ninguno que sea malo. Simplemente está bien, un trabajo normal (no todos los videojuegos pueden tener la banda sonora de Clair Obscur: Expedition 33, esa banda sonora cura cualquier enfermedad).
En cuanto al elenco de doblaje, contamos con un equipo que ha puesto voz a personajes como Viral de Tengen Toppa Gurren Lagann, Link de The Legend of Zelda: Ocarina of Time, Midnight de My Hero Academia, Kizaru y Usopp de One Piece, el mismísimo Shin-Chan, Hifumi Yamada de Danganronpa, Red XIII de Final Fantasy 7, Erza de Fairy Tail y Beatrice de Umineko. Vamos, un elenco impresionante.

El sistema de combate es el Three Line Linear Motion Battle System, y os seré sincero: apenas lo he entendido. No es un sistema como otros Tales of. Aquí tenemos tres líneas para movernos en vez de una sola, e imagino que se haría para emular un 3D falso en un juego hecho con sprites.
Pero es extraño porque te curas mientras realizas ciertos ataques. Algunas artes las puedes fusionar para hacer más combos, pero no logran explicarlo del todo y acabas haciendo lo que ya estás acostumbrado en un Tales of, hacer ataques normales, especiales neutrales, arriba, abajo o a los lados, y ya.
Es un sistema… Extraño. No termina de convencer del todo y además hay otro de subida de estadísticas de las armas pero no como en Final Fantasy 2, sino otro diferente que, al final, dará igual lo mucho que subas porque al llegar a la siguiente tienda las armas y armaduras serán mejor que las que has mejorado.

En conclusión general, Tales of Rebirth es un Tales of bueno. No es que finalmente me haya parecido esa maravilla que esperaba tanto tiempo, pero tampoco me ha parecido uno mediocre o del montón. De hecho este Tales of tiene algo que la más reciente entrega, Arise, no tiene: mazmorreo.
¿Os acordáis de cuando una mazmorra no era un pasillo con un montón de monstruos que derrotar? Eso os lo encontraréis aquí, y ninguna se hace tediosa, ni siquiera la final, que es más bien un laberinto pero sin muchos cruces. Rebirth tira un poco por lo fácil, por decirte las cosas a la cara y no dejarte interpretar nada.
Una obra agradable de jugar, un buen recuerdo, y, si quieres algo más retante, ponte la dificultad en normal. Te encontrarás con un desafío digno de la segunda época dorada del JRPG. Una vez más, gracias Life Bottle Productions por haber traducido este juego al inglés. ¡Ahora solo falta que Bandai Namco haga lo suyo!

Todos los artículos del #AñoTalesOf
