Compartir

Scarlet Nexus salió en 2021 para PS4, PS5, PC, Xbox One y Xbox Series. Este análisis de basa en la versión de Playstation 4. Fue dirigido por Kenji Anabuki (Diseñador de niveles en Tales of Symphonia) y escrito por Takumi Miyajima (Guionista también en Tales of Symphonia). Su productor fue Keita Iizuka (Code Vein) y la música corrió a cargo de Hayata Takeda (World of Final Fantasy).

Al empezar Scarlet Nexus dos a elegir entre dos rutas: La de Yuito y la de Kasane. En mi caso, jugué con Yuito.

Scarlet Nexus nos presenta una sociedad de gente con poderes, los cuales utilizan para defenderse de unas criaturas llamadas Alter, las cuales se alimentan de cerebros humanos. La trama da comienzo con una exposición terrible en la que Nagi, el mejor amigo del Yuito, le cuenta a éste… La historia familiar de Yuito. Es decir, información que dicho personaje ya conoce de primera mano, con el único objetivo de informar al espectador. Teniendo en cuenta que la telepatía es un gran componente de este universo, resulta fácil imaginar maneras más naturales de llevar a cabo dicha tarea.

En cualquier caso, Yuito y Nagi son nuevos cadetes en las FSA. El ejército, básicamente. Tras unirse al resto de su pelotón, cumplirán misiones y desentrañarán el misterio que se oculta detrás de las extrañas criaturas que asolan la sociedad. Eso es casi todo lo que puedo decir sin entrar en Spoilers pues, siguiendo el estilo habitual de Takumi, el argumento está repleto de giros de guión y revelaciones. Pese a que algunos se ven venir, hay demasiados como para poder predecirlos todos.

Dejando de lado una primera impresión dantesca, el guion ha conseguido sorprenderme y mantener mi interés. Sin embargo, está muy lejos de ser perfecto.

——— RINCÓN SPOILER ———-

Los primeros compases de la trama tienen toques muy Orwelianos: Control de la personalidad, una vigilancia constante de la sociedad, unos periodistas bastante cuestionables… Y Scarlet Nexus tira dichos conceptos a la basura casi tan rápido como los introduce, sustituyéndolos por la habitual trama sobre impedir un apocalipsis.

Nos topamos con una división entre el reparto principal y, a decir verdad, esperaba pasar toda la duración del juego lidiando con un bando que podría haber evitado el conflicto si simplemente se hubiera tomado la molestia de sentarse a hablar, pero me equivocaba. Una grata sorpresa. Nadie en su sano juicio esperaría poder explicar que la existencia de alienígenas, clones y viajes en el tiempo. Al unísono.

Durante varios capítulos de los doce totales, un bando está intentando matar al otro. Esto no sería un inconveniente de no ser porque Scarlet Nexus tiene algo llamado Episodios de Vínculo, el equivalente de los Social Links en la saga Persona o las Acciones Privadas de la saga Star Ocean. Los personajes del bando contrario te llamarán para ir de copas pese a haber intentado asesinarte cinco minutos antes, como si no hubiera pasado nada.

Scarlet Nexus tiene una estructura muy obtusa, que es la siguiente: «Episodio de trama principal > Episodios de vínculo > Episodio de trama principal > Episodios de vínculo» y así hasta que acaba. Dicha estructura hace más mal que bien, pues termina resultando pesada y repetitiva, pasando de una hora de acción ininterrumpida a una hora de cinemáticas. Tras completarlo, se escapa a mi comprensión la necesidad de separar las dos rutas, pues tanto la historia como la jugabilidad se verían increíblemente beneficiadas si pasáramos de un grupo al otro de vez en cuando.

El diseño de las localizaciones tampoco ayuda. El mundo de Scarlet Nexus está compuesto por un listado de ubicaciones donde escogemos adónde queremos ir, mapas que están formados casi exclusivamente por pasillos. El problema reside en que hay nada que hacer en ellos, ni siquiera entre la trama principal y los episodios de vínculo. Al menos nada interesante. Scarlet Nexus necesitaba desesperadamente una zona similar a Ciudad de paso en Kingdom Hearts, un lugar en el que poder llevar a cabo tareas que no implicasen más combates. El grupo principal cuenta con una base de operaciones, pero no dejan de ser cuatro paredes sin más propósito alguno que el de no tener que dispersar a los personajes.

El antagonista es pésimo. Se ha hecho en mil ocasiones y se ha hecho mucho mejor. Es más, la propia Miyajima ha escrito personajes similares y de mayor calidad en sus anteriores trabajados. El resto de personajes no destaca. Los episodios de vínculo son decentes y, en ocasiones, incluso buenos. Por ejemplo, hay uno en el que Gemma, uno de los adultos, termina llorando porque el gobierno ha tirado el cadáver de su mejor amigo a un vertedero. Literalmente. No obstante, ahí se queda esa trama secundaria.

Pasan sin pena ni gloria.

———— FIN DE LOS SPOILERS ————-

Scarlet Nexus tiene una jugabilidad en tiempo real en la cual tomamos el control de un único personaje, ya sea Yuito o Kasane, mientras que el resto de personajes están asignados a los cuatro botones derechos del mando para que podamos llamarlos y usar sus poderes, ya sea usar llamas, rayos, ver enemigos invisibles, ser invencibles un tiempo, ir a cámara rápida… Aunque al principio tenemos muy pocas opciones, podemos ir desbloqueando más a medida que subimos de nivel, como ataques cargados, en el aire, doble salto, alargar los combos básicos, etc.

Otro de los desbloqueables es la posibilidad de activar varios poderes al mismo tiempo, lo que da lugar a experimentar con las diferentes combinaciones entre golpes normales de espada y las habilidades del resto del grupo, así como con la psiconesis de Yuito, es decir, la habilidad de mover objetos con la mente para lanzárselos a los enemigos. Es muy divertido… Durante la mayor parte del tiempo.

Scarlet Nexus salió en 2021, pero su filosofía de dificultad bien podría ser la de un juego de hace diez años o incluso más. A medida que avanzamos, la dificultad no reside en enemigos más poderosos o inteligentes, sino simplemente en una mayor cantidad de los mismos y más esponjosos. Cada pelea se hace eterna, con decenas de enemigos en escenarios que no tienen nada que ofrecer, pues están ahí simplemente para que tengáis un sitio en el que pegaros. Sí, de vez en cuando puedes mover un autobús o una plancha metálica para atropellarlos como si estuvieras jugando a los bolos, pero son las menos. Llega un punto en el que Scarlet Nexus llega a ponerte un punto de guardado cada diez pasos de lo extensas que llegan a ser las peleas.

Las mazmorras, por llamarlas de alguna manera, sufren del mismo problema. Se limitan a tener cada vez más plantas y pasillos más largos y, aunque está el ocasional “Busca una tarjeta o activa un interruptor”, parecen más una excusa para alargar la duración del nivel en cuestión que una propuesta de desafío. Para cuando entras en la recta final, ya solo deseas que se acabe.

Las misiones secundarias son tareas de recadero, consistentes en llevarle cierto objeto a alguien o matar ciertos enemigos de una manera concreta. Podrían haber sido una lista de logros internos y no se habría perdido nada de valor, sobre todo si tenemos en cuenta que Scarlet Nexus ya cuenta con una. También tenemos un simulador de combate con desafíos y la posibilidad de repetir jefes pasados.

Gráficamente, Scarlet Nexus se ve bien, pero abusa de las viñetas tipo cómic/manga para las conversaciones y, como todo lo demás, termina cansando. Los diseños de los personajes son bastante genéricos, mientras que las criaturas parecen sacadas de una versión anime de Silent Hill (Esto lo digo como algo positivo). Lo mismo sucede con la banda sonora, un ruido de fondo al que ni siquiera le prestarás atención la mayor parte del tiempo.

Scarlet Nexus es un quiero y no puedo que no deja ningún impacto. Lo contrario del amor no es el odio sino la indiferencia.


Compartir

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *