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Paper Mario: el zombi que aprendió a resucitar

Sin ninguna duda la primera entrega de Paper Mario es mi videojuego favorito de todos los tiempos. Supera a obras que me han marcado como Tales of Symphonia, The Elder Scrolls V: Skyrim o Resident Evil 2 en mi top personal, y no es para menos. La historia que tengo con este videojuego es de superación, al menos para mi.

Paper Mario ha sido una parte muy importante de mi vida y no me he perdido ninguna entrega de la saga, a excepción del crossover con Mario y Luigi de Nintendo 3DS. Y ha sido un camino bastante doloroso y difícil, pues la entrega para esta portátil hizo que perdiera toda la fe en la saga y en el propio Shigeru Miyamoto, una de las personas que más admiro.

Desde ya os lo voy a decir: tengo que soltar spoilers de todas las entregas para explicarme, y no spoilers simples como “al final Mario rescata a Peach”, sino spoilers algo oscuros y hasta tenebrosos, si tenemos en cuenta que se trata de un juego con un espíritu amigable. Es por ello que debes leer este artículo bajo tu propia responsabilidad si no te has pasado ninguna de sus entregas.

Paper Mario: el zombi que aprendió a resucitar

Comenzamos con Paper Mario, la primera entrega que apareció en Nintendo 64. No me voy a parar a explicar su origen como “secuela” de Super Mario RPG: Legend of the Seven Stars ni nada de eso, sino más bien en mi historia y lo que era para mi ese videojuego. Tendría yo entonces unos cinco o seis años cuando lo conocí. Estaba realmente obsesionado con ese videojuego.

Lamentablemente mi madre nunca me compró este videojuego, pero como bien sabéis en la época había formas de jugarlo que no explicaré aquí. Solo diré que, llegado a cierto punto, no me dejaba continuar, y a día de hoy cuando vivo ese momento siempre me queda ese trauma de “por favor, que no se pare”. Hoy haría lo que fuese por tener un cartucho de ese juego.

El caso es que gracias a la Consola Virtual de Wii pude jugar al título, no sé cuántos años después. Puede parecer una tontería, pero esa espinita clavada que tenía tantos años, el hecho de que desapareciese, hizo que Paper Mario se convirtiese en mi videojuego favorito de todos los tiempos. Eso sí, antes de ello, no dejé pasar la oportunidad con los siguientes.

La Puerta Milenaria fue un título que no me quise perder, y todavía recuerdo que un agosto de 2004 fui con mis padres y mi tía a Alicante y me compraron el juego. Fue un momento épico en mi vida porque dos semanas después le regalaron a mi hermano el Pikmin por su cumpleaños. Puede parecer una tontería, pero en mi casa entraban 3 o 4 juegos al año, y que llegasen dos tan pronto… Fue algo impresionante.

La obra me encantó, siguió la estela de una Nintendo oscura, seria, sin miedo a tratar temas como las mafias, las agresiones, e incluso en la versión japonesa hay sangre y marcas de un asesinato. Era una verdadera magia que se fue perdiendo. Como resultado tenemos un JRPG sólido, muy redondo, perfecto y con una historia que no te esperas por parte de Nintendo, en la que vemos incluso ritos religiosos para resucitar a demonios.

ESO es lo que hacía a Paper Mario, desmarcarse del resto de juegos simpáticos de Mario y ofrecer un mundo lleno de posibilidades. A día de hoy una de mis posesiones más preciadas y un juego que siempre saco tiempo para rejugarlo cada año o dos. Después de esto, llegó la Wii y, la que sería, una entrega que marcaría mi vida.

Super Paper Mario ES un buen videojuego y un buen Paper Mario. Lo siento, sé que querréis oír que fue horrible el cambio del sistema de combate a uno en tiempo real, no obstante, no es así. Los cambios se agradecen si se hacen bien, y Super Paper Mario lo supo hacer correctamente.

El combate era en tiempo real, ofreciendo una nueva forma de jugar, eliminando cosas clásicas como las medallas y dejando los objetos en un segundo plano. Aún así, presentó enemigos y jefes, así como un diseño de niveles, perfectamente trabajado para la nueva jugabilidad. Además de ello nos dio la que, para mi, es la mejor historia de todos los Paper Mario.

No soy de historias de amor, pero cuando me sacas la de Pistina y Blumiere, la cosa cambia radicalmente. Un tipo que es capaz de destruir todos los mundos por amor, por traición, por abandono, cansado de su familia y lo que debe representar, una batalla entre humanos y la tribu Vetusta. Finalmente se sacrifican para salvar el mundo, con un diálogo final que aún me emociono de solo pensarlo.

Y no os he hablado de Dimencio y la enorme banda sonora que tiene el juego, aunque si os lo habéis pasado ya sabréis a qué me refiero. Hoy le agradezco a Nintendo la creación de este juego, pues ha influido mucho en mi vida tanto personal como profesional, y es que mi serie está inspirada en este juego, pero es ya es otro tema…

Paper Mario: el zombi que aprendió a resucitar

Es ahora cuando llegamos al despropósito, al insulto, al desprecio, y al que no tengo reparos en decir me parece el peor videojuego de Nintendo y de todos los tiempos en general: Sticker Star. Esta cosa iba a ser el paso a las portátiles de la saga, algo que deseaba desde la DS, y tenía muchas ganas de jugarlo. Cual fue mi sorpresa al meterlo en mi 3DS y ver que no era lo que esperaba.

Porque una cosa es hacer cambios grandes y eliminar, entre otros, los compañeros, algo clave en la saga. Y otra cosa es hacer un juego aburrido, sin sentido, mal hecho y que destruye el legado de una saga de videojuegos legendaria. El problema no solo reside en la típica historia de Bowser ha secuestrado a Peach y ya, con únicamente el tema de la Floruga como algo mínimamente interesante, sino en un sistema de combate que se ríe en tu cara.

No tiene sentido quitar los puntos de experiencia y hacer que los ataques sean limitados. No haces que nadie quiera luchar contra enemigos, sino esquivar esos combates y dejarlos solo para los jefes o mini jefes. Y si Paper Mario ya no quiere ser un RPG, ¿por qué seguir? ¿Por qué no matar la saga como ha podido pasar con F-ZERO y ya, o simplemente hacer que Paper Mario sea un plataformas y ya?

No tiene sentido. Paper Mario Sticker Star no tiene sentido. ¿Lo único bueno? Se ve bonito el apartado artístico en 3DS, el 3D funciona bien y algunos diálogos son divertidos, y ya. No hay nada más. Este juego fue, y es, un error.

Tenía esperanzas. Quería creer que Nintendo había escuchado a los fans, pero no. Color Splash es otra de mis decepciones con la saga, otro juego que ignoraba todo lo que Paper Mario había construído. Era un Sticker Star en HD, aunque esta vez con diálogos verdaderamente divertidos, una iluminación muy bien hecha, un mundo más grande para explorar, una banda sonora genial y, al menos, una historia un poco más interesante.

No me malinterpretéis, creo que Color Splash es un buen videojuego, pero no es un buen Paper Mario, no tiene sentido buscar Toads multicolor por todo el juego para avanzar, y el sistema de combate, aunque mejor, no ayudaba en nada. Sí que es verdad que mejoraron algunas cosas, no obstante, seguía siendo un quebradero de cabeza tener en cuenta en todo momento qué cartas tienes.

Al menos añadieron experiencia para aumentar la capacidad de tinta del martillo, la habilidad principal, lo que confirma que algo habían escuchado. Yo ya había perdido la esperanza, pensé que Paper Mario iba a ser algo que ya no quería seguir jugando… Pero, por suerte, llegó su salvador, el Mesías que resucitó la franquicia, e hizo que, en lo personal, estos dos juegos desapareciesen de mi vida.

The Origami King… Es una disculpa. Es un juego con el que Nintendo nos quiso decir “lo sentimos, sabemos que la hemos pifiado con las dos anteriores entregas, pero nos gustaría seguir más o menos así. Si os hacemos algo de caso, pero aceptáis que queremos hacer algunos cambios, ¿nos perdonáis?

Y sí, yo por mi parte perdono. Origami King empieza de una forma bastante oscura, lo que me inspiró mucha confianza y sorpresa. Tiene momento de humor desternillante, y a su vez tiene situaciones de terror, miedo y hasta emoción. Seamos sinceros, a ninguno se nos pasó por la cabeza en ningún momento que Bobby iba a morir. Ya no recuerdo cuando fue la última vez que Nintendo trató el tema de la muerte en uno de sus juegos de Super Mario.

Y no solo eso: Toads sin cara boca abajo atados en una telaraña en el techo, un monstruo creado con los restos de víctimas cortadas con unas tijeras, una escena que, no diré nada, me recordó bastante a una muy perturbadora de The Evil Within 2, y más cosas que ahora mismo no recuerdo. Todo ello en una historia con un mensaje claro: todos somos seres vivos y no debemos luchar contra nosotros.

Y luego está el sistema de combate, que sí voy a defender. Por fin los ataques ya no eran limitados, salvo los especiales, y aunque no recibiamos experiencia al terminar, sí conseguíamos monedas que tenían una verdadera utilidad, como comprar medallas que por fin volvían y otros objetos, así como la ayuda de los Toads cada vez que lo necesitábamos.

Además añadía algunas fases de combate abierto que en lo personal agradecí, siendo muchas de ellas interesantes y variadas. Unos niveles de infarto, una historia que nos deja sin aliento, ¡Bowser por fin deja de ser el villano para ser un verdadero aliado que quiere luchar con nosotros por voluntad propia!

The Origami King es un regalo, una forma de reconciliarnos, con un mensaje claro y que, en lo personal, se ha ganado un hueco enorme en mi corazón y ahora mismo, a pocos meses de haberlo completado, quiero volver a hacerlo. No tengo otras palabras más que… Gracias. Tarde, pero muy bien.

Paper Mario: el zombi que aprendió a resucitar

Llegados a este punto es posible que hayas comentado en algún momento “es que Sticker Star era para nuevos públicos, para nuevos fans, es que no solo sois los clásicos, también están los nuevos”. Y es ahí donde te equivocas. Sí, cierto, están los nuevos fans que también se merecen un algo para animarse a jugar, no obstante quiero añadir dos elementos a la conversación:

¿Cuántos de esos fans han intentado jugar a las entregas originales? No pienso ir de policía nintendera y pedir el carnet de fan, mas sí quiero preguntarlo meramente por curiosidad (en serio, no hay ninguna mala intención). Y lo otro es, ¿qué pasa con los fans clásicos, nos fastidiamos?

Estamos hablando de que “no solo somos los clásicos”, ¿entonces por qué los clásicos solo nos tenemos que contentar con el estilo artístico y con que la saga siga existiendo? Por eso creo que The Origami King es el verdadero punto de inflexión, porque realmente he sentido que ambos fans hemos salido beneficiados. Pienso, no aseguro 100% y si no estás de acuerdo no tienes razón y te equivocas.

Paper Mario: el zombi que aprendió a resucitar

Paper Mario es una saga muy importante para mi, y me duele mucho que se convirtiera en un zombi con Sticker Star y siguiera siéndolo con Color Splash. Por suerte ha llegado The Origami King para resucitarlo, y aunque el futuro está muy lejos y no sabemos cómo será la siguiente entrega, yo creo que toca disfrutar del presente y dar más luz a un juego olvidado, del que ya nadie habla.

Tanto “Nintendo no ha sacado nada en 2020” pero lo que saca luego ni lo apoyamos ni lo recordamos… Con estas palabras me despido, pues de lo contrario podría divagar y sacar otros temas que ahora mismo no son relevantes.

Nintendo, Intelligent Systems… Gracias por escucharnos (y escucharme).


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Por Sergio Ortuño Fernández

Graduado en Comunicación Audiovisual. Jefe de Relaciones Públicas (PR) de VidaoPantalla y creador de contenido. Guionista, doblaje, locución y presentación de radio y TV. Shergiock@gmail.com

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