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Slay the Princess es uno de esos fenómenos independientes que resuenan durante años. Tras su lanzamiento inicial, la versión extendida y definitiva, The Pristine Cut, expandió su universo con nuevas princesas, diálogos y finales. Ahora, aprovechando que hoy aterriza por fin su esperada edición física en España de la mano de Tesura Games, revisitamos este clásico moderno que redefine lo que una aventura narrativa puede llegar a ser.

La novela visual para los que no juegan novelas visuales

Permitidme empezar este análisis con una confesión: las novelas visuales no suelen ser mi género predilecto. A menudo me cuesta entrar en sus propuestas. Sin embargo, Slay the Princess rompió todas mis barreras. Su estética única, con un bellísimo arte dibujado a mano que parece sacado de una pesadilla de cuento de hadas, fue lo primero que me atrapó. Si a eso le sumamos la etiqueta de «terror psicológico», la propuesta se volvió irresistible. Y qué grata sorpresa.

El dilema que nos plantea Slay The Princess

La premisa de Slay the Princess es tan simple inicialmente como brutalmente directa. Te encuentras en un sendero boscoso, y una voz, el Narrador, te encomienda una tarea: ir a la cabaña que tienes delante, encontrar a la princesa que está cautiva en el sótano y matarla. Si no lo haces, asegura, ella destruirá el mundo.

Así empieza el juego, con un dilema moral que te golpea en la cara. ¿Qué certeza tenemos de que la princesa es una amenaza real? ¿Es justo sacrificar una vida para salvar, teóricamente, al resto del mundo? ¿Existe una decisión correcta? Estas dudas te asaltarán constantemente, pero el juego, en un alarde de diseño inteligente, te susurra desde el principio que no te preocupes: no hay respuestas erróneas ni finales prematuros. Aunque la presión es real, la trama fluye de tal manera que cada conclusión se siente como una consecuencia satisfactoria de tus actos, sea buena o mala para el protagonista.

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Morir, repetir y descubrir que nada es lo que parece

Sin entrar en el terreno de los spoilers —porque esta es una historia a la que es mejor llegar virgen de información—, pronto descubres que matar a la princesa no es el final, sino el principio. El juego se estructura en un bucle narrativo donde, tras cada desenlace, vuelves al sendero del bosque. Pero algo ha cambiado. Ya has estado ahí, ya conoces a la princesa, pero el mundo y ella misma son diferentes por el eco de tus decisiones anteriores.

Y no solo el mundo cambia. Pronto, una nueva voz se une a la tuya y a la del Narrador en tu cabeza. Las voces de tu conciencia tienen su propia personalidad y reaccionan a tus decisiones, discutiendo entre ellas, burlándose de ti u ofreciendo consejos contradictorios. Este caótico comité interno convierte cada decisión en un debate hilarante y lleno de un humor negrísimo, aligerando la tensión y enriqueciendo la aventura de una forma magistral, sin duda uno de los mejores puntos del juego.

Si tuviera que señalar un pequeño tropiezo, sería que el diálogo inicial con el Narrador, al comienzo de cada bucle, no varía en función de nuestro conocimiento previo. Puede hacerse ligeramente repetitivo, aunque por suerte, el juego nos permite pasar rápidamente los diálogos ya leídos para llegar a lo nuevo. 

Otro de los pilares del juego es su apartado sonoro. Cada una de las miles de líneas de guion está interpretada por unos actores de voz con un talento espectacular. Aunque el doblaje está en inglés (con textos perfectamente localizados al español), la calidad de las actuaciones es tan alta que eleva la experiencia a otro nivel, dotando a cada personaje, voz y princesa de una personalidad arrolladora.

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El placer de perderse en el árbol de posibilidades

Sé que Slay the Princess me ha conquistado porque ha conseguido algo muy difícil en mí. Normalmente, en juegos con múltiples finales, me quedo con mi primera partida. Siento que esas decisiones iniciales son las más honestas, las que han marcado mi viaje personal. Pero aquí, al terminar, solo quería más. Quería ver las nuevas conversaciones, las transformaciones de la princesa, las discusiones de las voces y los cambios en el mundo.

El juego no solo invita a la rejugabilidad, sino que la convierte en su razón de ser. Una sola partida puede durar unas cuatro horas, pero te dejas incontables realidades, princesas y líneas de guión por el camino. Al final, el propio juego te muestra el árbol de ramificaciones que has desbloqueado, y es abrumador ver todo lo que te has perdido. Esa sensación, lejos de frustrar, me generó unas ganas irrefrenables de investigar, de descubrir qué decisiones debía tomar para desbloquear cada sendero.

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Un clásico moderno para el género que no debes dejar escapar

Slay the Princess es una obra maestra de la narrativa interactiva. Es inteligente, divertido, aterrador y sorprendentemente profundo. Es un juego que te hace dudar, te hace reír y, sobre todo, te hace pensar. Desarrollado por Black Tabby Games y publicado por Serenity Forge, han creado una experiencia que trasciende las barreras del género, demostrando que una novela visual puede ser una de las aventuras más dinámicas y apasionantes de los últimos años.

Es un clásico moderno, y su inminente llegada en formato físico tanto en edición estándar como especial, para PlayStation 5 y Nintendo Switch es la excusa perfecta para que os perdáis, una y otra vez, en sus oscuros y maravillosos senderos. No lo dejéis escapar.

Este análisis ha sido realizado gracias a un código proporcionado por Tesura Games.


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