
Esto no es un análisis, sino algo más personal. Quería plasmar lo que siento respecto a Silksong, tanto desde la parte crítica como desde la más íntima. Siendo justos, todos los análisis de videojuegos son personales, no objetivos. Cuando veo alguno que intenta ir de imparcial o subjetivo, me genera más rechazo, de hecho, creo que cuanto más se involucra el autor/a, mejor suele ser el texto. Sé que algunas valoraciones pueden ser polémicas, y más en un juego tan esperado y querido. Por eso he querido recalcar desde el inicio que, en todo momento, estaré hablando sobre mí, y que es perfectamente válido que no estemos de acuerdo.
Siete años con la careta de payaso puesta
Yo era una de esas personas que llevaba prácticamente siete años esperando el lanzamiento de Hollow Knight: Silksong (ya que lo jugué en consola, donde tuvo un lanzamiento algo más tardío). Quería que saliese bien como el que más y me ponía la careta de payaso en cada Direct, Xbox Showcase o el evento de turno.
En su momento, jugué prácticamente a la vez Hollow Knight y la saga Ori. No solo me descubrieron un género, el de los metroidvania, que apenas había tocado, sino que aparecieron en mi vida en un momento complicado y llenaron un vacío que sentía. Me calaron tanto que, a mí que no me gusta repetir juegos, me los pasé varias veces seguidas. Tiempo después, me tatué ambos para llevarlos siempre conmigo.
Habiéndoos puesto un poco en contexto de lo que significó para mí Hollow Knight, diré que llevo más de 75 horas en Silksong. He visto una primera tanda de créditos, pero todavía me encuentro en el acto 3. Y auguro que estaré un buen tiempo ahí, porque me está resultando muy complicado y ya estoy empezando a necesitar algunas pausas.
Con esto último podría reabrir el tema de la dificultad, pero ya hice un artículo enteramente sobre ello. Además, siendo sincero, puedo decir que no soy un jugador especialmente habilidoso en los combates extremadamente desafiantes o juegos estilo souls. Me gustan y los juego igual, solo que probablemente me lleven el doble o el triple de tiempo que a otros.
Silksong sigue siendo una maravilla pero frustra más que nunca
Silksong me ha maravillado más que Hollow Knight, pero también me ha frustrado mucho más en numerosos puntos. Todo lo que hacía grande al primero lo encontramos aquí en su máxima potencia: el mundo y su lore son maravillosos, el mapa laberíntico está mejor diseñado que nunca, es enorme, y perderse en él es parte del viaje.
Sobre la historia, sigue siendo algo difusa si no prestas mucha atención, pero un poco menos que en el original. Algo que me ha encantado es que Hornet hable con los demás personajes, sientes la interacción mucho más real o cercana. Por otro lado, los secundarios me han gustado más que en el primer juego. Creo que a todos nos ha pasado lo de encontrarnos a Sherma cantando y querer protegerla con todas nuestras fuerzas. En el primer juego ya sucedía que, cuando te acercabas a Cornifer, sentías cierto alivio escuchandolo cantar, pero aquí esa sensación al encontrar a Shakra es aún mayor. Alguna vez me he acercado solo para que me haga su saludo de guerrera. Podría nombrar a más, pero la mención de honor se la voy a dejar a Don Quijote, o como quiere llamarlo el juego, Garmong y Zaza.
Como veis, he estado muy predispuesto a enamorarme de todo lo que Silksong tenía que ofrecerme. Pero tiene cosas que no me han gustado tanto.

Un diseño muy castigador
Lo que más me pesa es el diseño de algunas partes. No voy a entrar en el debate de si es un mal diseño, porque sinceramente no lo creo, simplemente, lo quisieron así. Pero de la misma manera, yo tengo el mismo derecho a que me guste menos. En particular, no me convence el runback desde el punto de guardado hasta el jefe de cada zona. Entiendo que cada persona es un mundo y habrá gente que disfrute haciendo el mismo camino diez veces seguidas, pero no es mi caso. He escuchado justificaciones de todo tipo, como que «el verdadero jefe es el camino». Discrepo rotundamente, pero sigue siendo mi opinión. Sí, puedo ser menos habilidoso y necesitar muchos intentos, pero no entiendo por qué no me dan la opción de guardar justo antes de un jefe o, al menos, más cerca. Hollow Knight era mucho más bondadoso en este sentido.
Y hablando de bondadoso, también lo era en su economía. No es solo que aquí encontremos mercaderes con productos más caros, sino que tener que pagar por la mayoría de puntos de guardado y, además, manejar una segunda economía para usar las herramientas que nos facilitan los combates me parece poco generoso con el jugador.
Muchas veces me he sentido castigado por el juego. Si ya lo has jugado, no te descubro nada si te digo que la zona de las Aguas Biliares es un infierno, pero es que el camino desde el banco hasta el jefe es como llegar al mismísimo averno. Por no hablar de que, desde el inicio del juego, la cantidad de enemigos que hacen dos puntos de daño es demencial. Incluso diría que hay cierta disonancia en este aspecto: no le veo sentido que un jefe enorme te quite un punto de vida y una arañita te pueda quitar dos.
A estas cosas me refiero cuando digo que algunas decisiones de diseño no me han gustado tanto. Otro de estos puntos es la cantidad de zonas de hordas de enemigos, que me parecen excesivas. Además, a esto se le suma una segunda queja: la cantidad de enemigos voladores es desproporcionada. Entiendo que en Silksong tenemos más opciones de movimiento, pero en vez de poder aprovechar eso a nuestro favor, tenemos una mayor cantidad de enemigos que nos sobrevuelan. Y si no vuelan, saltan o nos arrojan objetos, algunos incluso anticipándose a nuestros movimientos. Así pues, cuando estás encerrado contra tres o cuatro enemigos que te vienen de todas direcciones, te lanzan proyectiles y vuelan en picado hacia ti, apenas tengo tiempo de reacción. El otro día, un amigo me decía que los diseñadores del juego llevan tantos años con él que seguramente ellos vean todo esto a cámara lenta y no les resulte nada complicado.
Juntando todo esto, llegué a uno de los puntos que casi me hace abandonar. En un momento concreto, hay una de estas zonas de hordas. Pues bien, tras unas cuantas oleadas diabólicas y pensar que se acabaría, el juego te lanza un minijefe. Tras unos cuantos intentos y un par de lágrimas, consigo derrotarlo. Para mi sorpresa, las oleadas continúan, y no son pocas, para acto seguido salirte con dos minijefes a la vez. Obviamente, tras tanto tiempo esperando, no quería abandonar el juego, pero no podía evitar pensar que se habían sobrepasado. Hollow Knight tenía partes muy complicadas, pero casi todas ellas eran opcionales.

La reconciliación con Silksong en el lugar más inesperado
Curiosamente, esta misma parte odiosa fue la que me hizo reconciliarme con el juego. Decidí marcharme de allí, aunque fuese parte de la misión principal, e irme a recorrer el mapa en busca de aventuras y secretos. Sin dar muchos detalles, diré que por el camino me encontré una misión de un personaje y que, posteriormente, entré en una sala bastante secreta y eliminé unas telarañas.
Pasadas unas horas, cuando decidí volver a la arena de combate, ese personaje apareció para prestarme su ayuda por haber completado aquella misión en el momento oportuno. Creedme cuando os digo que no fue poca su ayuda. Pero es que, además, esas telarañas que rompí hicieron que unos enemigos desaparecieran del juego y por consiguiente de las hordas. Descubrir que el juego contemplaba esa posibilidad, que te recompensaba tantísimo por explorar, fue un momento mágico.
Tiempo después, descubrí que llegué al acto 2 de forma totalmente secundaria y que me había enfrentado a un jefe que también lo era. Casi al final del juego, investigando, encontré la forma «oficial» de llegar hasta allí, con su respectivo jefe, y me maravilló que el juego también contemplase que te lo podías saltar.
La cantidad de secretos y contenido que esconde Silksong es colosal. Me pregunto cómo se han descubierto ya algunas partes que requieren un parkour loquísimo. Da la impresión de que los creadores dejaron algunos de estos secretos para ser descubiertos dentro de mucho tiempo, pero el ansia y la picardía de los jugadores los están desvelando ya.

Un viaje inolvidable por Telalejana
Sé que he hecho mucho énfasis en la parte negativa, y puede parecer que el juego no me ha gustado. Nada más lejos de la realidad, lo estoy disfrutando muchísimo, pero siempre es más fácil explicar esas partes que nos desencantan. Como decía al principio, Hollow Knight me gustó mucho, y todo lo que hacía bien, Silksong lo hace aún mejor.
Perderse por su mapa es una delicia mientras escuchamos las melodías de Christopher Larkin, y el diseño de personajes y su historia me parecen de los más bonitos que he jugado jamás.
No sé cuándo lograré ver nuevamente los créditos, porque esta última parte se me está haciendo muy cuesta arriba. Pero una cosa tengo clara: a pesar de sus castigos y sus muros de dificultad, seguiré deambulando por Telalejana. Nos vemos por ahí. Y como diría una buena amiga, ¡Ushanka!
