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 [Análisis] Shadow of the Colossus

 

Shadow of the Colossus… Volvemos a encontrarnos.

El Team ICO destaca. Es así, es sencillo: lo que toca, florece. Ocurrió recientemente con la obra gráfica maestra The Last Guardian. Fue un éxito, de ventas y de crítica, y en el año 2005 lo fue con Shadow of the Colossus, que para entonces se consideró ya una obra maestra que perduraría tanto como quisieran los jugadores. Ahora, BluePoint Games ha hecho lo que mejor sabe hacer: dar vida de nuevo a los juegos que nos enamoraron.

Y ha perdurado. Y mejorado con los años: el remake del clásico juego de PlayStation 2 ha dejado un buen sabor de boca. Vamos con ello. Primero, no vamos a decir que el juego haya sido lo mismo que entonces… no podemos asegurarlo como sí se hizo con el remake de Crash Bandicoot. En esencia lo es, no deja de ser un remake de un juego previo que se disfrutó con creces entre el público de la época, que aún ahora son acérrimos jugadores, pero es más. Sí, existen 16 colosos, sí, los trucos y viejas formas de derrotarlos continúan donde estaban y como estaban, pero es que ahora es mucho más.

Es mucho más, principalmente, porque la manera de disfrutarlo también ha variado. He de admitir que pesan sobre mí los años, que al fin y al cabo no es la misma historia jugar algo a los 12 que a los 24, pero nos referimos a algo mucho más tangible que meras sensaciones. La PlayStation 4 no desfallece cada vez que carga a un coloso ante nuestra mirada. Aguanta y dispone del juego como desea, y eso, queridos, es impagable. Es una obra de arte que podemos observar y disfrutar en condiciones ahora: el modo foto posee detalles tan nimios, y al tiempo tan importantes… Pero no adelantemos acontecimientos. Es hora de ir por partes.

La Tierra Prohibida: el mundo de Wander.

No ha cambiado. No en su esencia, repetimos. Sigue teniendo los mismos caminos, rutas, atajos y formas. Pero ahora es más. Todo tiene mayor cantidad de texturas, desde las briznas de hierba del suelo hasta la corteza de los árboles. Y pese a poseer también una mayor cantidad de vegetación, y en suma, de elementos que suelen generar la impresión de que el espacio no es tan grande, la atmósfera que se respira es… solitaria. Sigues sintiéndote solo. Sigues sintiéndote en un mundo, el mundo de Wander, de Mono, y de Agro, que ha sido olvidado hasta por los propios dioses de su creación.

No solo es el espacio, los elementos y las mejoras visuales. También es la luz. No en vano su primera edición ya apuntaba por un gusto claro hacia el arte, demostrándose como una clara opción de obra artística en el mundo de los videojuegos. Ahora con más motivo: los perfeccionamientos técnicos han dejado que Shadow of the Colossus alcance aquello que rozó con la yema de los dedos en 2005.

Colosos: ¿celebramos la victoria o lamentamos su caída?

Como ya sabe cualquiera que tenga mínimas nociones sobre el juego al que nos estamos refiriendo en este análisis, el combate se da principalmente contra los Colosos. Para quienes han jugado la versión de PlayStation 2 la forma de derrotar a cada Coloso no es novedosa: las técnicas son las mismas, las rutinas y patrones, también. Pero el nivel de detalle es ahora tan monumentalmente diferente que cada batalla, pese a ser la misma, parece absolutamente diferente.

Lo que sí ha variado es la interfaz, como es lógico. El indicador de nuestra resistencia subidos a estas grandes moles va reduciéndose, por lo que, como ocurría en su primera versión, es recomendable el descanso cada cierto tiempo en plataformas destinadas a tal efecto.

Los combates en Shadow of the Colossus son puzles. Puzles que debemos resolver, con nuestra lógica y nuestra experiencia quizá, pero que in game nos llevan a pensar que si estamos superando todas estas pruebas, es gracias a la voluntad de Wander. La fantástica banda sonora, los momentos de tensión,…

Como ya sabrán aquellos que jugaron a la primera versión, o a la de PlayStation 3, podemos saltarnos cinemáticas y partes breves de las tramas, pero nunca la cinemática de la caída de un Coloso. Dormin establece unas pautas claras para resucitar a Mono… Y estas cinemáticas no nos permiten olvidar que los Colosos no son solo grandes jefes que superar en un videojuego, si no que son sacrificios, y como tal hay que honrarles. ¿Celebramos la victoria o lamentamos su caída?

 

Modos. ¡Modos! Y muchas novedades… que mantienen su esencia.

Parecemos un loro de repetición, pero es necesario decirlo: el juego es, esencialmente, el mismo. Por tanto, conservamos el modo Reminiscencia, pudiendo así volver a enfrentarnos con aquellos Colosos que ya hemos derrotado. Le acompaña el modo Contrarreloj, un desafío postgame que nos enfrenta de nuevo a los Colosos con la complicación de un límite de tiempo que nos presiona, y sin permitirnos el uso de mejoras. Aún así, conserva los objetos desbloqueables.

En cuanto a las novedades, la más llamativa a nivel estético son los filtros, que puedes activar conforme estás jugando y aportan diferentes tonalidades al colorido de la imagen general. Si bien esto es meramente estético, cuando se aplica estando en el modo Foto deja instantáneas que podrían ser dignas de los mejores artistas gráficos.

Se han incluido en esta versión las galerías de arte desbloqueables, que se obtienen al conseguir ciertos hitos, como derrotar a los Colosos en dificultades más complicadas a la habitual. El modo Espejo, por su parte, muestra el mundo invertido: como si se estuviese reflejando en un espejo; y el modo que quizá sea más interesante es el Nuevo Juego +: conservas todo lo conseguido y vuelves a comenzar la aventura desde sus inicios.

¿Habéis visto el barril? ¿Y la sandía? ¿No? Bueno… Son los dos fantásticos y sutiles guiños que Team ICO y BluePoint Games han introducido en este remake para rendir homenaje a sus dos juegos más queridos: The Last Guardian e ICO. Si aún no los habéis encontrado… ¿a qué estáis esperando?

Concluimos: gracias.

¿Qué es Shadow of the Colossus 2018? Es un remake, sí, y una versión de un juego pasado para una nueva consola, con todo lo que esto implica, también. Es un guiño a aquellos que jugaron en su día en PlayStation 2, es un guiño a todos los que se enamoraron del juego del Team ICO, es un guiño a aquellos que no jugaron pero que recuerdan el título como uno de los más influyentes de su generación… Y también es una invitación a las nuevas generaciones a probar algo que enamoró a los que les precedieron.

Sí, existió una versión para PlayStation 3, que conservaba los mismos fallos (prácticamente) que su antecesor de PlayStation 2. Es diferente en este caso. El nivel de detalle y de cuidado a la hora de mimar esas pequeñas rozaduras que generaban un mal sabor de boca a la hora de jugar ha sido extremo. Sin duda, es la mejor oportunidad para jugarlo y disfrutarlo como nunca antes si es que aún no lo habéis hecho.

Hace doce años (que se dice pronto…) Team ICO creó una obra maestra. Hoy, con humildad y cariño, nos la han vuelto a ofrecer con un nuevo rostro. Solo puedo dar las gracias por ello.

 

Este juego se ha analizado gracias a una copia física de la versión para PlayStation 4 otorgada por Precision Spain y Sony España, ¡esperamos que os guste!


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Por Salamandra

23 primaveras. Graduada en Historia del Arte. Editora en Vidaopantalla. Escribo porque si no no sería yo. Tengo tres perros. Videojuego como el noveno arte.

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